Albert Camus, uno de los pensadores y escritores más influyentes del siglo XX, sigue siendo una figura de referencia en el ámbito de la filosofía y la literatura. Conocido principalmente por su teoría del “absurdo” y por su obra emblemática *El extranjero* (1942), Camus no solo abordó las profundidades de la condición humana, sino que también plasmó en su vida y obra un compromiso ético en tiempos convulsos.
Nacido el 7 de noviembre de 1913 en Mondovi, Argelia, entonces una colonia francesa, Camus creció en una familia modesta. Su padre falleció en la Primera Guerra Mundial, y su madre, analfabeta, lo crió en un ambiente humilde. Este contexto le permitió desarrollar una sensibilidad especial hacia la injusticia y las dificultades de los más vulnerables, una característica que definiría su obra y su visión del mundo.
Camus es recordado no solo por su trabajo literario, sino también por su actividad en la Resistencia Francesa durante la Segunda Guerra Mundial, su postura crítica hacia el comunismo y sus reflexiones sobre la libertad y la moralidad en una época marcada por totalitarismos y conflictos. A través de sus textos, Camus exploró la idea de un universo indiferente, en el que los seres humanos buscan sentido y valor, enfrentándose a un mundo que carece de ambos. Esta postura filosófica se cristalizó en su ensayo *El mito de Sísifo* (1942), donde introdujo su teoría del “absurdo”.
En *El extranjero*, Camus presenta a su protagonista, Meursault, como un personaje que refleja esta visión de la vida absurda. Este hombre, indiferente ante las convenciones sociales y la moralidad tradicional, reacciona al mundo con una falta de emoción que desconcierta y desafía al lector, cuestionando los valores fundamentales de la sociedad.
El escritor francés, aunque fue laureado con el Premio Nobel de Literatura en 1957, nunca aceptó del todo la etiqueta de “existencialista” que le atribuyeron. Sus ideas filosóficas, aunque cercanas a las de Jean-Paul Sartre, rechazaban el nihilismo y defendían una “rebelión” contra el absurdo. Según Camus, esta rebelión no significa desesperanza, sino una búsqueda activa de justicia y solidaridad, una forma de reafirmar la humanidad y la dignidad en un mundo que parece negarlas.
Trágicamente, su vida fue interrumpida de manera abrupta en un accidente automovilístico el 4 de enero de 1960, cuando viajaba con su editor Michel Gallimard. Tenía apenas 46 años. A pesar de su corta vida, su influencia en la literatura y el pensamiento sigue siendo evidente, y su obra continúa inspirando debates sobre la ética, la libertad y la justicia en un mundo cada vez más incierto.