En el castellano hablado en Argentina, muchas palabras provienen de las lenguas indígenas locales, principalmente del quechua, guaraní, mapudungun (lengua mapuche) y aimara. Estas lenguas han influido particularmente en el vocabulario relacionado con la geografía, la flora, la fauna y la vida cotidiana. Aquí algunos ejemplos:
Del quechua:
1. Pampa: significa «llanura» o «territorio plano», haciendo referencia a la región geográfica de la llanura pampeana.
2. Choclo: proviene del quechua «chuqllu», que se refiere al maíz tierno.
3. Quincha: hace referencia a una técnica de construcción con caña y barro.
4. Chala: se refiere a la hoja que envuelve la mazorca de maíz.
Del guaraní:
1. Iguazú: Significa «agua grande», haciendo referencia a las famosas cataratas de Iguazú (de «y» = agua y «guazú» = grande).
2. Yaguareté: Nombre del felino conocido como jaguar, que significa «bestia verdadera» (de «yaguá» = perro o bestia y «etá» = verdadero).
3. Mburucuyá: Nombre de la flor de la pasionaria, derivado del guaraní.
Del mapudungun:
1. Malón: de «malon», que se refiere a un ataque o incursión violenta, en la época de conflictos con pueblos indígenas.
2. Cauquén: nombre de un ave común en la Patagonia, proveniente del mapudungun.
Del aimara:
1. Charqui: significa carne seca y salada, un método de conservación de alimentos que fue adoptado ampliamente en la región.
Estas palabras reflejan la influencia de las lenguas originarias en el vocabulario cotidiano argentino, especialmente en términos geográficos, animales y plantas nativas.