Según el Diccionario de la Real Academia Española, el refrán es: «un dicho agudo y sentencioso de uso común».
Los dichos y refranes populares, que se han transmitido de generación en generación, son una forma de expresión que demuestra la riqueza cultural de Argentina. Personas de todas las edades y clases sociales utilizan estas expresiones para construir un sentido de identidad nacional.
Hoy: origen de la expresión “A los ponchazos”
«A los ponchazos» es un término que se refiere a un acto que se realiza de manera desordenada, violenta o desesperada. Para describir una situación en la que alguien persigue un objetivo (o lo logra directamente) mediante tácticas y maniobras desorganizadas, feas o desprolijas, empleamos esta frase, bien nuestra. Que alguien haga algo «a los ponchazos» significa que no apela a la razón, la belleza, el talento o la estrategia; en cambio, lo hace con voluntad, garra, corazón o fuerza.
¿Dónde proviene? La expresión argentina «a los ponchazos» proviene de dónde. Esta expresión se remonta a los tiempos de la colonia española, cuando las batallas entre gauchos frecuentemente se llevaban a cabo con cuchillos o facones. Los gauchos, valientes y rudos, no temían enfrentarse a sus adversarios con sus armas blancas. Para impedir o enredar las maniobras de los oponentes, y evitar cortes en los brazos y las manos, los gauchos se ayudaban con los ponchos (u otras prendas que tuvieran a mano). Si el ganador había vencido al rival utilizando estas tácticas, se decía que había prevalecido «a los ponchazos», y no necesariamente por ser más hábil en el manejo del puñal.
En la actualidad, utilizamos la expresión cuando, por ejemplo, un equipo de fútbol busca el resultado como sea, cuando alguien termina un trabajo de manera apresurada, o aprueba un examen con lo justo, recurriendo más a las mañas que al conocimiento.