Haruki Murakami, uno de los autores más queridos y enigmáticos de la literatura contemporánea, nos regala con Retratos de jazz una obra que, aunque distinta a sus novelas y relatos, es igualmente fascinante. Este libro no es una ficción, ni un ensayo al uso, sino una colección de reflexiones, anécdotas y recuerdos en torno a una de sus grandes pasiones: el jazz. Para los seguidores de Murakami, Retratos de jazz es una ventana íntima a su mundo personal, un viaje a las raíces de su creatividad y una prueba más de que la música, como la literatura, tiene el poder de transformar vidas.
Desde sus primeras novelas, como Escucha la canción del viento (1979) y Pinball, 1973 (1980), hasta obras más recientes como Killing Commendatore (2017), el jazz ha sido una presencia constante en la obra de Murakami. No es solo un telón de fondo, sino un elemento esencial que da forma a la atmósfera de sus historias. En Retratos de jazz, Murakami nos explica por qué: el jazz, con su improvisación, su libertad y su capacidad para evocar emociones profundas, es para él una fuente inagotable de inspiración.
El libro está estructurado como una serie de breves ensayos, cada uno dedicado a un músico, un álbum o un momento específico en la historia del jazz. Desde figuras legendarias como Charlie Parker, Miles Davis y John Coltrane hasta artistas menos conocidos pero igualmente significativos, Murakami nos ofrece su visión personal de este género musical. Lo que hace especiales estos textos es que no están escritos desde la perspectiva de un crítico musical, sino desde la de un amante del jazz. Murakami no pretende ser exhaustivo ni académico; su enfoque es subjetivo, emocional y, en muchos sentidos, poético.
Uno de los aspectos más interesantes de Retratos de jazz es cómo Murakami vincula la música con su propia vida. A través de sus recuerdos, descubrimos cómo el jazz lo acompañó en momentos clave: desde sus días como estudiante en Tokio, cuando trabajaba en una tienda de discos y pasaba horas escuchando jazz, hasta su época como dueño de un bar en la capital japonesa, donde la música era parte fundamental del ambiente. Para Murakami, el jazz no es solo un género musical; es una forma de vida, una manera de entender el mundo y de conectarse con los demás.
Pero Retratos de jazz no es solo un libro para amantes del jazz o de Murakami. Es también una reflexión sobre el arte y la creatividad. A través de sus comentarios sobre los músicos y sus obras, Murakami nos habla de la importancia de la disciplina, la pasión y la autenticidad. Nos recuerda que el arte, ya sea la música o la literatura, no es un mero entretenimiento, sino una forma de expresión profunda que puede cambiar la forma en que vemos el mundo.
En su último libro, Murakami nos invita a escuchar con atención, a dejarnos llevar por la música y a encontrar en ella un reflejo de nuestras propias emociones y experiencias. Su amor por el jazz es contagioso, y después de leer este libro, es difícil no sentir la tentación de explorar los álbumes y artistas que menciona.
Retratos de jazz es un homenaje al jazz, pero también a la vida misma, a esas pequeñas cosas que nos dan sentido y nos conectan con los demás.