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17 años sin Roberto «El Negro» Fontanarrosa, caricaturista y maestro del humor

«De mí se dirá posiblemente que soy un escritor cómico, a lo sumo. Y será cierto. No me interesa demasiado la definición que se haga de mí. No aspiro al Nobel de Literatura. Yo me doy por muy bien pagado cuando alguien se me acerca y me dice: «Me cagué de risa con tu libro»».

Roberto Fontanarrosa, conocido cariñosamente como «El Negro», fue uno de los escritores y humoristas más queridos y respetados de Argentina. Nacido el 26 de noviembre de 1944 en Rosario, Santa Fe, Fontanarrosa dejó una marca imborrable en la literatura y el humor gráfico con su ingenio, creatividad y profundo entendimiento de la idiosincrasia argentina. Su obra abarcó desde la narrativa corta hasta la novela gráfica, dejando un legado que sigue vigente y continúa inspirando a nuevas generaciones.

Primeros años y trayectoria
Fontanarrosa comenzó su carrera como dibujante y humorista en la revista «Boom» en los años 60, pero fue con la revista «Hortensia» y «Satiricón» donde alcanzó mayor notoriedad. Su talento para el humor y la observación aguda de la vida cotidiana se hicieron evidentes a través de sus caricaturas y tiras cómicas.

Una de sus creaciones más emblemáticas fue «Inodoro Pereyra», una tira cómica que debutó en 1972 y rápidamente se convirtió en un fenómeno cultural. A través de las aventuras de un gaucho y su fiel perro Mendieta, Fontanarrosa exploró con humor y sensibilidad temas como la amistad, la soledad y las peculiaridades de la vida en el campo argentino. Otro personaje icónico fue «Boogie, el aceitoso«, una sátira del estereotipo del duro estadounidense, que se destacó por su humor ácido y crítico.

Impacto en la literatura argentina
Roberto Fontanarrosa no solo fue un destacado humorista gráfico, sino también un talentoso escritor de cuentos y novelas. Su obra literaria se caracteriza por un estilo directo y coloquial, con un agudo sentido del humor y una profunda empatía por los personajes comunes y corrientes.

Sus colecciones de cuentos, como «El mundo ha vivido equivocado» (1982), «No sé si he sido claro» (1986) y «Uno nunca sabe» (1993), mostraron su habilidad para capturar momentos cotidianos y convertirlos en historias llenas de humanidad y humor. Fontanarrosa tenía una capacidad única para hacer que los lectores rieran mientras reflexionaban sobre las absurdidades y las tragedias de la vida cotidiana.

La novela «Best Seller» (1981) y su secuela «La Gansada» (1985) son ejemplos de su habilidad para satirizar la realidad argentina, utilizando la exageración y el absurdo para criticar la política, la sociedad y la cultura. Su estilo accesible y su capacidad para conectar con el lector hicieron de su obra una de las más populares y queridas en Argentina.

Legado y relevancia
El legado de Roberto Fontanarrosa es inmenso y multifacético. Su influencia se extiende más allá del ámbito literario, afectando también al humor gráfico, el cine y la televisión. Las adaptaciones de sus obras a otros medios, como las películas de «Inodoro Pereyra» y «Boogie, el aceitoso«, han llevado su humor y su visión del mundo a nuevas audiencias.

Fontanarrosa también dejó una marca en el ámbito cultural a través de su participación en el Congreso de la Lengua Española en 2004, donde pronunció un recordado discurso en defensa de las malas palabras, demostrando una vez más su capacidad para abordar temas serios con humor y agudeza.

El reconocimiento a su obra no se limitó a Argentina. Fontanarrosa fue un embajador cultural que mostró al mundo la riqueza y la diversidad del humor y la literatura argentinos. Su capacidad para conectar con lectores de diferentes edades y trasfondos culturales es un testimonio de su talento y de la universalidad de sus temas.

Colaboración con Les Luthiers

La colaboración de Roberto Fontanarrosa con Les Luthiers comenzó en la década de 1970 y se extendió durante muchos años. Su contribución fue fundamental en la creación de algunos de los sketches más memorables del grupo, como «El Rey Enamorado», un divertidísimo relato medieval, y «La Hora de la Nostalgia», una parodia de los programas de radio de antaño. Fontanarrosa aportó su ingenio y su aguda capacidad para la sátira, lo que complementó perfectamente el estilo de Les Luthiers.
Estos y otros textos de Fontanarrosa, llenos de humor y sutileza, se han convertido en parte integral del repertorio del grupo cómico-musical.

La capacidad de Fontanarrosa para jugar con las palabras y crear situaciones cómicas únicas fue un complemento perfecto para el enfoque musical y teatral de Les Luthiers. La combinación de su talento narrativo con la habilidad musical y humorística del grupo resultó en una sinergia creativa que ha dejado una huella imborrable en el humor argentino y latinoamericano.
La colaboración entre Roberto Fontanarrosa y Les Luthiers no solo enriqueció el repertorio del grupo, sino que también elevó el humor argentino a nuevas alturas.

Premios y distinciones

-El 26 de abril de 2006, el Senado le entregó la Mención de Honor Domingo Faustino Sarmiento, en reconocimiento a su vasta trayectoria y aportes a la cultura argentina.

-En diciembre de 2006 recibió en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara (México) el premio «La Catrina», reconocimiento que cada año se entrega en el Encuentro Internacional de Caricatura e Historieta.

– En 1994 recibió el Premio Konex de Platino  y el Diploma al Mérito en 1992, 2004 y 2012 (este último in memoriam)​

– En 2009 su personaje Inodoro Pereyra forma parte de la muestra «Bicentenario: 200 años de Humor Gráfico» que el Museo del Dibujo y la Ilustración realiza en el Museo Eduardo Sívori de Buenos Aires, homenajeando a los más importantes creadores de la historia argentina.

– El 26 de noviembre, fue instituido como el Día Nacional del Humorista, en conmemoración del nacimiento de Roberto Fontanarrosa.12​

– Desde 2014, por ordenanza del Concejo Municipal de Rosario, su casa natal fue declarada esquina “Roberto Fontanarrosa” .

– El 20 de julio (Día del amigo) del año 2013, el antiguo Centro Cultural Bernardino Rivadavia de la ciudad de Rosario se rebautizó con el nombre de Centro Cultural Roberto Fontanarrosa; se trató de un homenaje impulsado por sus amistades y un acto al cual los rosarinos concurrieron multitudinariamente.

Roberto Fontanarrosa, con su ingenio inigualable y su capacidad para capturar la esencia de la vida cotidiana, se convirtió en una figura fundamental de la literatura y el humor argentino. Su legado sigue vivo a través de sus libros, sus personajes y su influencia en nuevas generaciones de escritores y humoristas. 

 

 

 

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