España. El poeta y dramaturgo José María «Chema» Cotarelo Asturias recibió este sábado en Fuente Vaqueros, pueblo de Federico García Lorca, el prestigioso premio «el 5 a las 5» en alusión al encuentro que se da a los 123 años del nacimiento del poeta asesinado por la dictadura de Francisco Franco.
Chema Cotarelo dijo en el acto que sentía feliz y honrado, además de gratificado por el reconocimiento y agradeció al Excelentísimo Ayuntamiento de Fuente Vaqueros y a la Concejalía de Cultura, y en su nombre a Estela Albea y a los miembros del Jurado del cuarto certamen de poesía “el 5 a las 5”.
Este premio identitario del espíritu lorquiano se concede con motivo de la semana cultural en la que se celebra el 123 año de nacimiento del universal poeta.
«Quiero asimismo dar la enhorabuena al resto de premiados y participantes de esta tarde y mi felicitación personal al pueblo de la Fuente por haber dado a luz a una de las más grandes estrellas del firmamento literario; Federico García Lorca cuyo árbol da flores y frutos a miles y lo seguirá dando siempre, ya que el perfume de sus rosas no tiene fin, va desde el jardín qué es Fuente Vaqueros en la vega granadina hasta la inmensidad», agregó el autor insigne de la colección poética que publica Corprens editora.
El sello carlospacense que editó dos títulos de la obra de Cotarelo. Precisamente, «La Nieve y las campanas» con prólogo de José «Pepín» Bello Lasierra, el último amigo de García Lorca de la Generación del 27 que falleciera en enero del 2008.
«Escribir poesía es un solitario acto de valentía una llamada a la libertad común y al deseo de un mundo mejor. Yo “si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle también pediría medio pan y un libro”, así lo expresaba el propio Federico en la inauguración de la biblioteca de este pueblo en septiembre de 1931», señaló en su discurso el poeta.
El acto se llevó a cabo en el pueblo donde está la casa natal de Federico y donde todo huele a poesía. «Mi acercamiento a la obra de Lorca además de los libros que leía en mi infancia acostado sobre la hierba mientras pastaban mis vacas en los montes de Taramundi (Asturias) viene por una figura esencial, la de «Pepín» Bello que como saben fue el último gran amigo de Federico y con quién tuve la suerte de compartir inolvidables horas.
Algunos de vosotros no ignorarán que precisamente “El llanto” por Ignacio Sánchez Mejías fue una petición de Bello a Lorca justo después de la muerte del torero y que constituye junto a la elegía de Miguel Hernández una de las más bellas del mundo.
Otra aproximación que tuve fue cuando escribí la obra “el sueño de Federico” estrenada en el teatro Isabel La Católica y luego se representó en Uruguay y en Villa Carlos Paz, Córdoba, Argentina.
Cuando Federico decía que “esta biblioteca sirva de paz, inquietud espiritual y alegría en este precioso pueblo donde tengo la honra de haber nacido”, sabía muy bien lo que pedía, y ya preveía, como tantas cosas en su obra, lo que este viejo mundo necesitaría,» puntualizó Chema Cotarelo.