En este momento estás viendo La Rubia Moreno, una mujer cautivante sobre el antiguo Camino Real

La Rubia Moreno, una mujer cautivante sobre el antiguo Camino Real

Por Luis Hernán López

Periodista y escritor

 

El maestro rural, poeta, escritor y compositor de origen santiagueño, Cristóforo Juárez, nunca imaginó que una letra tan descriptiva como “La Rubia Moreno”, se transformaría en una de las zambas que podía cautivar a tantos adeptos y a la vez de abrir investigaciones de historiadores y genealogistas para saber el origen y la vida de esta hermosa mujer llamada “Santos Moreno”.

Fueron muchos los hombres que dejaron sus relatos sobre la “Pulpera Gaucha de Falda Roja, de Vincha y Puñal” de indescriptible belleza, que desde muy niña forjó una vida plagada de contratiempos, donde las hostilidades civiles eran moneda corriente.

Si bien no hay datos precisos sobre sus orígenes, se sabe que la mujer era hija de un matrimonio de origen vasco francés y adicta al mitrismo.

Santos Moreno era una mujer de extraña belleza, que se había criado en el campo, donde adoptó costumbres rurales, manejando los caballos al estilo de los mejores jinetes. Las inestabilidades políticas de mediados del siglo XIX marcaron a fuego su carácter y su presencia en la pulpería propiedad de su padre, terminó dándole un carácter bravío que la llevó a libra batallas icónicas y cuando las mujeres peleaban codo a codo con sus hombres.

En la agreste y hostil Santiago del Estero, lo único prevalecía la pertenencia del lugar y resguardar el territorio del invasor.

Por algunos escasos documentos se sabe que nació en 1840 y que se embarcó en la batalla de “Pozos de Vargas”, donde su padre fue brutalmente degollado.

Si bien muchos relatos le atribuyen un marido nada se sabe sobre si dejó herederos, aunque hay certezas de que murió joven y en la pobreza total.

Esta zamba salió a la luz, interpretada por varios grupos folclóricos de importancia nacional a mediados del siglo pasado, sin embargo, fue Jorge Cafrune quien con su inconfundible timbre de voz la catapultó a la inmortalidad.

 

¿Quién fue el autor de la letra?

 

Un 18 de mayo de 1966, era registrada en SADAIC, la zamba «Rubia Moreno» con letra de Cristóforo Juárez y música de Agustín Carabajal.

Juárez fue un estudioso sobre la historia y cultura de su tierra, hasta convertirse en una de las principales personalidades de la cultura santiagueña y de la región. Maestro, docente, escritor, poeta, investigador, periodista, deportista. Un hombre muy comprometido con las raíces de su tierra natal.

Cristóforo Juárez nació en el paraje Cuyoj, en el departamento Banda, el 24 de julio de 1900. Sus padres fueron don Vicente Juárez y doña Rosario Páez Jerez. La familia estaba conformada por siete hermanos, cuatro varones y tres mujeres.

A los nueve años, Cristóforo quedó huérfano de padre. Fue su madre una matrona con fuertes principios cristianos, quien quedó a cargo de sus siete hijos.

A los dieciséis años se recibió de maestro en la Escuela Normal de La Banda y su primer trabajo como docente fue en Verón, departamento Salavina. Allí captó el conocimiento profundo del monte santiagueño que luego aflora en el poeta y escritor.

Ya casado, junto con su esposa Clara Rosa Caporaletti se trasladó a Suncho Corral y en una escuelita de Azogasta, departamento Sarmiento, a orillas del río Salado, en plena región shalaca santiagueña, continuó su etapa como maestro, para luego trasladarse a la ciudad de La Banda, al barrio La Isla, donde se jubiló como director de su querida Escuela Nacional 409, que él mismo había acunado en su casa, donde vivía con su familia (1955).

Llegó a ocupar el más alto cargo que puede aspirar un docente en Santiago del Estero, fue presidente del Consejo General de Educación y también fue vocal de este estamento oficial.

 

Obra literaria

 

Su primer libro “Reflejos del salitral” data del año 1939, con dos ediciones más en 1951 y 1973. Se destacan allí, entre otros poemas, las vidalas restauradas y la poesía dialectal, subtitulada “Brazos de carbón”. En esa obra literaria, con prólogo del escritor, poeta, investigador y abogado santiagueño Bernardo Canal Feijóo, don Cristóforo rescata el valor de la soledad y el dolor por el misterio del monte.

En 1956 estrena con mucho éxito en el Teatro 25 de Mayo, su obra teatral “La Rubia Moreno”, un drama en tres actos y que fue repuesta muchos años después en 1984.

Don Cristóforo le dedicó como un auténtico eje de su obra un poema a “la Rubia Moreno” y además realizó una investigación histórica de la vida de esta mujer bandeña, Santos Moreno, y su actuación en las luchas por la Independencia provincial y nacional.

Después de algunos años, manifestó su obra con la edición de otra publicación literaria: “Cantares” (1972), allí incluyó chacareras, zambas, gatos, vidalas y coplas, muchas de ellas de carácter histórico y descriptivo (“Romance del Chasqui Venancio Caro” o “Pampa de los Guanacos”). Esta obra sirvió a muchos músicos y cantores para rescatar viejas letras del folclore poético. Allí nuestro poeta dice: “El hombre santiagueño está identificado con el paisaje que lo rodea por la copla, expresión simple y llana; madura de elocuencia y de honda raigambre sentimental”.

En el año 1974 apareció “Llajtay” (Pago mío), que es un estudio de carácter histórico-literario en prosa y en verso sobre los orígenes de La Banda, sus personajes, tradiciones, sus árboles, anécdotas de niño, el tren real que unía Buenos Aires con el norte.

Ahí demuestra su valoración hacia lo que él consideraba su pueblo. “Absalón el cautivo”, “Carnavales bandeños”, “Los quebrachos colorados”, o sus relatos sobre Antajé, El Polear y Cúyoj, nos conceden a todos los santiagueños el conocimiento profundo de un indiscutible hombre de las letras santiagueñas que marcó el rumbo de esa expresión.

 

Su obra musical

 

Son innumerables los músicos y compositores santiagueños que fundamentaron con melodías sus textos literarios. Su primera obra registrada en Sadaic data del año 1964, un 24 de abril y es la chacarera “A la sombra de mi mama”, con melodía de don Carlos Carabajal.

La familia Carabajal, tanto don Carlos como Agustín, Cuti y Peteco, fueron cautivados por la obra de don Cristóforo Juárez. Pero no fueron los únicos, a esa gran lista nombres prestigiosos del cancionero popular santiagueño de raíz folclórica como: Los Hermanos Simón, Alberto Pérez, Leocadio Torres, Los Hermanos Luis y Antonio Ríos, Orlando Gerez, Juan Díaz y Álvaro Capello, entre otros.

Cristóforo Juárez pertenece a la especie de esos artistas de una meritoria labor como cronista de la historia, tradiciones y costumbres de su tierra natal, cimentando desde su lugar de escritor, autor, poeta, investigador y periodista, esa búsqueda de representar y dejar constancia de los hechos que marcaron el rumbo y la tradición cultural.

 

El Antiguo Camino Real

 

El Camino Real era la ruta que enlazaba el puerto de Buenos Aires con el Alto Perú (actual Bolivia), hasta la ciudad de Lima durante los tiempos del Virreinato del Perú y del Virreinato del Río de la Plata.

Fue instituido en 1663, por orden del capitán general de la Gobernación del Río de la Plata y presidente de la Real Audiencia de Buenos Aires José Martínez de Salazar, con dos vías principales: el Camino Real del Perú, que seguía en líneas generales el itinerario de la actual Ruta 9 de Argentina, y el Camino Real del Oeste, en dirección a Cuyo, y que recorría un trazado similar a la Ruta 7.

Emplazadas cada 30 o 40 kilómetros, las postas estaban siempre cerca de un río para que los animales pudieran hidratarse, tenían –y, en algunos casos, todavía tienen– corral de pirca para contenerlos. Levantadas inicialmente en adobe, tenían paredes anchas, galerías con columnas, techo a dos aguas con tejas musleras y puertas bajas para evitar que los animales entrasen. En tiempos de Virreinato, siempre había a cargo un maestro de posta que tenía que saber leer y escribir. Además, estaban los postillones: niños que ayudaban con el equipaje. Y hasta acá llegaba el chasqui –mensajero– con las noticias.

 

Postas en la Provincia de Santiago del Estero

 

Portezuelo

Zanjones

Pampa Grande

Oratorio Grande

Taruca Pampa

Bajada

Mochino

Sauces

Loreto

Silipica

Manogasta

Santiago del Estero

Capilla de Giménez

Los Mirandas

 

Rubia de piel cobriza y ojos verdes

 

Las contiendas civiles en medio de un convulsionado clima político, tenía a las provincias y sus principales caudillos como protagonistas de sangrientos enfrentamientos. Hacía tan sólo 5 años atrás (1835) el riojano Juan Facundo Quiroga que había pasado una estadía cercana a los dos meses en Santiago del Estero, fue brutalmente asesinado sobre el Camino Real en jurisdicción de Córdoba. Antes de su crimen, Quiroga transitó con su galera por la bajada del antiguo camino del El Polear, donde alrededor del año de 1840 un matrimonio de vascos franceses instala un negocio de ramos generales.

Los Morenos tenían hacienda y controlaban el tráfico de bebidas desde el mismo negocio ampliado a pulpería.

Allí nació Santos Moreno (la Rubia Moreno). Aseguran que era una niña pálida y blanca, bien sana y de gritos penetrantes. Se bautizó aquella niña como Santos. Huérfana de madre, su padre la educó y crió en el campo, con el andar de los años Santos se transformó en una bella mujer rubia y con ojos verdes.

La niña fue educada en una escuela cercana a su hogar donde aprendió a leer y sumar. En el negocio de su padre tomó contacto con hombres y mujeres de carácter rudimentario y bravíos que le fueron templando su carácter indomable. De esas personas, adquirió los modales dominantes, más aún al reemplazar su ropa femenina por una pollera roja, idéntica a un poncho, vinchas, alpargatas, un puñal a la cintura y trenzas.

Su padre también controlaba el paso del río con los botes, por lo que la joven permanecía gran parte del día verificando el transporte de personas. En el agua y con otros jóvenes de su edad, adquirió dotes de excelente nadadora. Aseguran que cuando el río crecía se tiraba para desafiar los oleajes y las fuertes correntadas.

La popular canción hace referencia a la conexión de la Rubia Moreno con el río Dulce, un elemento natural que simboliza la fuerza y la persistencia. Los ojos de la Rubia son descritos como ‘dos nazarenas’, lo que puede interpretarse como una metáfora de su pureza y su capacidad de liderazgo. La letra sugiere que esta mujer no solo era conocida por su belleza, sino también por su valentía y su capacidad para enfrentar cualquier desafío, comparándola con leonas de los juncales del albardón.

Además, la canción plantea preguntas sobre la vida personal de la Rubia Moreno, preguntándose si tuvo amores o celos, pero concluye que su corazón era tan fuerte y feroz como su carácter. La figura de la Rubia Moreno se convierte en un símbolo de resistencia y orgullo para el pueblo, una guardiana de su tierra natal.

Otro de los juegos predilectos de la “Rubia Moreno” era el visteo. Este juego de manos es una especie de habilidad para mover las cinturas y las piernas esquivando al rival hasta tocarle la cara al rival y dejarla marcada con carbón. Aseguran que tenía una gran habilidad para pelear a manos limpias.

También, y ya mucho mayor, hacía el visteo pero con puñal en mano, jugaba taba y al naipe. La rubia Moreno, participaba abiertamente en las riñas de gallo, donde era una diestra apostadora. Los ruidosos alaridos que lanzaba cada vez que su animal preferido asestaba un espuelazo a su rival, eran característicos en medio de apuestas clandestinas.

Con el correr de los meses su fama se fue incrementando y jovencita aún, vestía ropa de gaucho y llevaba permanentemente en una de sus manos un talero.

En su costado solidario se le reconoce que cada chico que entraba a su pulpería se transformaba en su ahijado, ella los cobijaba y los llevaba a la iglesia para bautizarlos y nombrarlos.

 

Matrimonio y luchas federales

 

Tenía cerca de una veintena de años cuando la bella santiagueña contrajo matrimonio con Juan Manuel Barrionuevo. Tampoco de él hay mucha bibliografía, aunque se sostiene que su amor era tan grande que complacía cada pedido de la mujer.

Resuelta y exaltada adherente del Partido Liberal, que en Santiago del Estero, encabezaba el mitrista: Antonino Taboada, convence a su marido y a parte de la familia para enlistarse en las fuerzas locales y donó parte de su patrimonio a la causa. Tuvo activa participación en una decisiva y sangrienta batalla: la de Pozo de Vargas, el 10 de abril de 1867, donde se enfrentaron por espacio de tres horas las fuerzas de Antonino Taboada y Felipe Varela.

En esta batalla, el padre de la “Rubia Moreno”, perdió la vida.

 

La batalla del “Pozo de Vargas”

 

El 9 de abril de 1867 se produjo uno de los últimos levantamientos federales serios y en tierra argentina, frente al poder anglo porteño. Las tropas gauchas se encuentran conducidas por Felipe Varela. y las del gobierno nacional argentino, dirigidas por el general Antonino Taboada, en las afueras de la ciudad de La Rioja. La victoria de Taboada significó el final de la última y mayor rebelión del norte contra la presidencia de Bartolomé Mitre. La conocida canción popular anónima «Zamba de Vargas» trata sobre este acontecimiento.

En camino hacia Catamarca, Varela recibió aviso de que Taboada había ocupado la ciudad de La Rioja con un ejército de 3.000 hombres.

El peor de los errores, fue no haberse asegurado la provisión de agua. Avanzó dos días hacia el sur sin nada que darle de beber a sus caballos y hombres, y encontró todos los pozos secos. Insólitamente, siguió adelante. El próximo pozo disponible era el de la estancia de Vargas, a una legua de la ciudad. Pero allí lo esperaba Taboada con 1700 hombres, provocativamente ubicados en torno del único pozo.

La batalla comenzó a la una de la tarde. Los federales lucharon con desesperación, pero sus caballos estaban debilitados y tenían muy pocas armas de fuego. La batalla terminó hacia las seis de la tarde, con la completa derrota federal, que dejó en el campo de batalla más de mil muertos y otros tantos prisioneros.

La Rubia Moreno pierde a su padre al atardecer de ese día.

 

Zamba de Vargas

 

En relación con esta batalla se ha tejido la leyenda de la zamba que habría tocado la banda del ejército Taboada. Los soldados santiagueños, acobardados por la superioridad numérica del enemigo, se habrían puesto a bailar con sus fusiles al oír los acordes de la zamba, con lo que habrían recuperado el valor. Durante años se dijo que la zamba que circulaba con el nombre de Zamba de Vargas era la misma que se habría ejecutado ese día. Pero algunos historiadores con simpatías por el bando federal respondieron que la banda que tocó la conocida zamba era la de Varela, y que como la banda cayó en manos de Taboada, éste también se apoderó de la zamba.

 

Su triste final

 

Tras haber peleado por la causa Unitaria al lado de su marido y haber sufrido la cruel muerte de su padre (murió degollado) regresó a Santiago del Estero y vivió dedicada a la pulpería.

La Rubia Moreno con el tiempo, y el devenir de los tiempos políticos, pierde también sus posesiones, muriendo en la más triste pobreza. Sus restos descansan en el cementerio de La Misericordia.

 

La Zamba

 

Rubia Moreno, pulpera gaucha

de falda roja, vincha y puñal.

No habia viajero que no te nombre

por el antiguo camino real.

Hecha entre el ronco, bramar del dulce

solo se oia su voz mandar.

eran sus ojos dos nazarenas

bravas espuelas en el mirar.

Estribillo

Rubia Moreno guarda mi pueblo

a orillas del rio natal.

Tu nombre heroico como figura,

como figura de cuño real.

Juntito al vado, tu rancho amigo

alzaba al cielo su banderin

por los carriles de cuatro vientos

venia el alerta de algun clarin

Tuviste amores?…, tuviste celos?…

Rubia pulpera sin corazon.

Eras mas brava que las leonas

de los juncales del Albardon

 

Deja una respuesta