El pasado jueves 30 de mayo, en el salón Rizzuto, los artistas Mirta Ballay, Gabriela Veglio y Einer Martin Schott realizaron su muestra de Arte.
Desde el discurso estético que persigue el concepto de persuadir al público a través de sensaciones con recursos visuales, en este caso diferentes técnicas de pintura, los pintores pretendían –y lo han logrado- provocar con la belleza de la construcción artística.
Los artistas acompañaron sus obras con muy buena música y poesía, haciendo que el espectador tenga todos los sentidos alertas para vivir el arte.
El atardecer otoñal, porque el otoño fue el eje inspirador que reunió a los artistas, fue una celebración a los colores ocres, dorados, cálidos y tierra, en una paleta de significados diferentes, dejando evidencias de la generosidad de la naturaleza por estas latitudes que no todos los continentes conocen.
Entre los espectadores, hubo quienes percibieron al otoño como un ciclo natural de transformación: desde el apogeo del verano hasta la quietud del invierno; otros encontraron el simbolismo del reflejo del paso del tiempo y la belleza de la decadencia. Quizá también alguno haya encontrado la metáfora de la plenitud de la vida, la experiencia de la soledad, la introspección, el desapego o quien sabe, la nostalgia.
En definitiva, las obras de artes de Veglio, Ballay y Schott dejaron sus huellas en las hojas caídas, quizá como símbolo de esperanza, de un nuevo comienzo, de la vida misma, o de la trasformación constante.