Por Alejandro Frias
Escritor (Mendoza)
Tres escenarios en sendos países, tres historias de jóvenes, tres derroteros de frustraciones. Tres atrapantes tramas son las que componen “Relatos negros” (Ediciones Diotima), el nuevo libro de cuentos del prolífico escritor Luis Benítez.
Con su habitual destreza narrativa, esta vez Benítez nos pone ante tres historias en las que sus personajes son jóvenes que, tanto por errores propios como por esos designios que vaya a saber uno de dónde vienen, se enfrentan a situaciones de las que sería preferible huir, aunque eso les cueste la vida.
Un policía paraguayo que tiene que huir hacia Argentina por un error, un adolescente en España que tras su primera experiencia sexual muestra poderes adivinatorios y un joven hijo de una familia acomodada que dedica el verano a, accidentalmente, robar en las casas de veraneo de una playa de Chile. Estos son los protagonistas de los tres cuentos que componen “Relatos negros”, y en cada uno de ellos Benítez echa mano a recursos estéticos distintos.
De un primer texto casi costumbrista que se desarrolla en una provincia argentina a un relato lleno de humor en clave de informe para terminar con un cuento con toques de gore. La tríada, propuesta así, exige también tonos distintos, lo que hace que no halla forma de encontrar monotonía a lo largo de estas páginas.
Además, entre locaciones tan distintas, Benítez nos pone ante diferentes formas regionales del lenguaje, variedades lingüísticas, cada una con sus propias características, lo que claramente no es un escollo para el autor, sino que, por el contrario, nos deleita con giros propios, ya no de tres países, sino de cuatro (recordemos que el protagonista del primer cuento es un joven paraguayo que huye hacia Argentina).
Con todos estos elementos, “Relatos negros” nos mantiene en vilo en cada una de las historias. En la primera y en la tercera, a partir de las expectativas que generan las situaciones en las que los protagonistas se encuentran, puesto que en ambas las tensiones llegan al máximo, además de que las revelaciones que se dan a lo largo de los relatos hacen girar permanentemente la perspectiva de lo que estamos leyenda, mientras que en la segunda, la sátira es sostenida de manera magistral, tanto en el asunto que es el eje de la trama como en los problemas personales y laborales de quien relata, que es, además, integrante de una cofradía secreta.
Con “Relatos negros”, Luis Benítez nos entrega tres historias atrapantes que no nos dejan escapar.