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Churata en Chile

Por Harold Alva

 

Fue el primero en estudiar a Gamaliel Churata, padre de la música experimental, fino intérprete de Víctor Humareda, fundador de “Los poetas mágicos”, autor de “Axial” y de “Los Túpac Amaru”, obra que por consenso se reconoce como la novela del bicentenario, editor, periodista y catedrático, Omar Aramayo llegó, para caminar entre nosotros, con el rigor del creador que no se queda en la construcción estética sino que edifica una propuesta cuyos cimientos también son éticos, porque hay una ética en la concepción de su narrativa, hay una ética en la composición de su poética, un compromiso que va más allá de lo literario en sus ensayos: la necesidad de la historia, la preocupación por el Lago Titikaka, su apuesta por afirmar la libertad y lo que cuesta sostenerla, confluyen en todo lo que ha escrito, se impone en sus diálogos.

Por eso, decir que Omar Aramayo es un gran poeta, resulta un lugar común; sugerir que es un diligente investigador, un editor de fuste o un implacable comunicador, resulta un lugar común. Leí tres veces “Los Túpac Amaru”: la precisión en los detalles, el desgarro en la narración, ese sentido de la identidad que induce a la sublevación; lo afirma como gran novelista. Aramayo nos entregó una gesta, un documento que debemos leer todos quienes proclamamos preocupación por nuestras raíces; esa preocupación que motivó a los paradigmas del proceso de nuestra literatura.

Pienso en “Aves sin nido”, “El mundo es ancho y ajeno” o en “Conversación en La Catedral”, pero ninguna se acerca a la dimensión histórica que tiene “Los Túpac Amaru”: crónica, testimonio, monólogo, tragedia: “los cazan como vizcachas”, dice refiriéndose a los precursores de nuestra independencia, “entréguenlos a los gallinazos”, sentencian. Lo suyo no es auto ficción, lo suyo es un reto para escribir, para afilar el corazón, para capturar el estilo, su intención estética, las claves para desentrañar los secretos de lo que puede acercarnos a una obra maestra.

 

 

Sin embargo, aun cuando Omar Aramayo ha podido quedarse allí, Aramayo continúa en su magisterio por entregarnos más: el 25 de julio, en la Feria Internacional del Libro, el más actual de nuestros enciclopedistas, presentó CHURATA (Editorial Summa, 2024), obra en la que estuvo trabajando hace cincuenta años. El autor de “Los Túpac Amaru” y “En el nombre de la hoja”, aborda la vida, aportes, contexto y proyección de uno de los más importantes fundadores de la vanguardia latinoamericana. 988 páginas que nos presentan no solo al gran autor que fue Gamaliel Churata, sino al gran investigador que es Omar Aramayo, quien se detiene en el pan indigenismo, la dialéctica del realismo psíquico, la construcción de lo híbrido en “El pez de oro”, el barroco andino, su filosofía, la vanguardia, las formas poéticas, el árbol genealógico para entender a su protagonista, el boletín Titikaka, y todo lo que está al centro y en las periferias de aquel diablo que “baila feliz en los ovarios de la Pachamama”. Por eso, me alegra sobremanera la gira de presentaciones que inició en la FIL el 25 de julio, siguió en la Municipalidad Provincial de Puno, el 8 de agosto, continúa el lunes 19 con el diálogo con nuestro querido Héctor Hernández Montecinos en la Librería Editorial de la Universidad de Santiago de Chile, y proseguirá el 20 en la Biblioteca de Humanidades de la Pontificia Universidad Católica de Chile, en el marco de las XVI Jornadas Andinas de Literatura Latinoamericana. Que el sur le sea propicio, Maestro.

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