Norita Cortiñas, un nombre que resuena con fuerza en los círculos de derechos humanos en Argentina y más allá, se volvió una figura emblemática en la lucha por la verdad, la memoria y la justicia. Conocida por su incansable activismo y su valentía inquebrantable, dedicó su vida a buscar justicia para su hijo desaparecido y para todas las víctimas del régimen militar en Argentina.
Norita Cortiñas se convirtió en una de las caras más visibles del movimiento de derechos humanos en Argentina después de que su hijo, Carlos Gustavo Cortiñas, fuera secuestrado y desaparecido por las fuerzas de seguridad durante la dictadura militar que gobernó el país entre 1976 y 1983. En lugar de sucumbir al dolor y la desesperación, Norita canalizó su angustia en acción: junto a otras 13 mujeres que, como ella, buscaban a sus hijos e hijas, se plantó frente a la casa Rosada, en plena dictadura, a exigirle al Gobierno Militar respuestas claras sobre su paradero. Estas reuniones se volvieron asiduas: las 14 mujeres se reunían una vez por semana en Plaza de Mayo, con un pañuelo blanco en la cabza y pancartas, demandando respuestas por parte del gobierno. Estas reuniones se volvieron rondas, y de esas rondas y encuentros, surgió la Asociación Civil «Madres de Plaza de Mayo» , que con el pasar de los años, se volvió una voz incansable en la lucha por la memoria, la verdad y la justicia.
Norita Cortiñas fue una de las cofundadoras de las Madres de Plaza de Mayo, una de las organizaciones de derechos humanos más prominentes de Argentina. Desde su fundación en 1986, las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora han sido una fuerza poderosa en la búsqueda de justicia para las víctimas del régimen militar y en la defensa de los derechos humanos en general.
A pesar de las amenazas, la intimidación y los obstáculos en su camino, Norita mantuvo su compromiso con la causa de los derechos humanos. Participó en innumerables protestas, marchas y campañas, exigiendo el castigo para los responsables de crímenes de lesa humanidad y el reconocimiento de la verdad sobre lo sucedido durante la dictadura. También abrazó las causas del Aborto Legal, Seguro y Gratuito, y por el cese al fuego en la Franja de Gaza.
El activismo de Norita Cortiñas ha inspirado a generaciones de argentinos y a defensores de los derechos humanos en todo el mundo. Su valentía, su determinación y su compromiso con la justicia son un recordatorio poderoso del poder de la resistencia pacífica y la solidaridad en la lucha contra la opresión y la injusticia.
Desde Corprens Editora queremos honrar y reconocer el valioso legado de Norita Cortiñas. Su trabajo incansable ha sido fundamental para mantener viva la memoria de las víctimas del régimen militar y para impulsar el proceso de justicia y reconciliación en Argentina.Norita fue mucho más que una activista de derechos humanos; se volvió un símbolo de resistencia, esperanza y perseverancia en la lucha por un mundo más justo y humano.»