La patria contrariada no está lejos.
Se regodea cada día en casa.
Con mezquindades, juega y nos traspasa
el miedo a que lo sepan los espejos.
Nos vamos por caminos desparejos,
en esta convivencia de comparsa;
en donde, cada cual su historia amasa,
así como la tele mata viejos.
Enajenando rumbos, vocaciones,
adormeciendo amor y otras cuestiones;
que marchan sin saber del pan fecundo,
que da la libertad de ser entero.
Y en ese afán se nos arruga el cuero,
con la frivolidad tragando al mundo.
José L. Serrano,
Traslasierra,
18 de mayo de 2024.
Excelente.