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Puro teatro. Obras son amores. Chari Sánchez

Por José Mª Cotarelo Asturias

 

Las páginas del libro de Chari Sánchez “Puro Teatro” (Allanamiento de Mirada, 2023) deberían llamarse también “Teatro Puro”, pues es fácil, a través de un discurso sencillo, pero lleno de emociones, meterse en él y adivinar esa niña que fue y que aún sigue siendo unos cuantos años más tarde. La historia de su vida está llena (y puede que salpicada) de emocionantes aventuras desde su más tierna infancia y de una clara inclinación al arte desde que los cajones de madera o las cajas de cartón servían de mini escenarios, hasta las tardes dentro de un viejo aljibe donde tenía trapos a modo de disfraces, un vaporizador a modo de perfume, una caja de ovillos llena de botones con los que realizaba dibujos sobre el suelo del refugio camuflado y anti aburrimiento y una barra de labios “perdida” por su madre. Aquel era su “taller” de sueños y de recortables.

 

Al escribir este libro, con magnífico diseño y maquetación de Paco Espínola que incluye varias obras de sus obras de teatro, absolutamente magistrales, como “El tablao del Taranto”, “Las aventuras y desventuras del marqués de Figueroa” o “Dos gardenias…¿para quién?”, reflexiona: “Lo que es la memoria. Cosas que no sabías que estaban guardadas en ella, salen solas”.

 

Por las páginas de “Puro Teatro” corren los recuerdos pineros de personajes como el del gitano Emilio “El hojalatero” que llegó, casi por azar, a ser guardia real de Alfonso XIII, “aquel gitano moreno de verde luna, como lo hubiera llamado Lorca de haberlo conocido”. Y puede que lo hubiese conocido, pues Federico se dejaba ver con cierta frecuencia por Pinos Puente. En la casa materna, las latas de conservas se limpiaban y María Escobar, su madre, las llenaba de comidas para “los judíos errantes”, que eran un desfile de gitanillos que, con frecuencia, tocaban a la puerta pidiendo “una limosnita, por amor de Dios”. También aparece la tienda de comestibles “Casa Sánchez”, ricamente adornada por los hermanos Manderos y dirigida por Pepico Magan, el padre, donde se dispensaban toda clase de géneros, “todo a granel”: azúcar, judías, legumbres, galletas, harina, bacalao, aceite, arenilla para fregar…y también bolitas de anís, caramelos, monedas de chocolate para una clientela de fiado, que pagaba tarde o cuando podía.

 

 

El libro nace en marzo del 2020 en plena pandemia. Llueve. Chari Sánchez, incapaz de estarse quieta ni un minuto y harta de ver en las redes sociales “memes que te hacen reír y catástrofes que te hacen llorar” decide ponerse a escribir. Bendita hora y bendita lluvia. Ella ya tenía escritas varias obras de teatro y sabe “que sin saber cómo, ni con qué permiso, los personajes, empiezan a decir cosas que no tenía ni idea que ellos iban a decir”, para enfrentarse al toro de la infancia de uno mismo, hay que echarle valor y trapío. Ella y sus hermanos no tuvieron ocasión de ir a la escuela “más allá de lo imprescindible”, pero  la lectura de aquellos cuentos que andaban por casa y que le quitaban el sueño, fueron la base del fomento de la imaginación y de su cultura. “Los cuentos en nuestra casa donde se zurcían los calcetines y las camisetas llevaban siempre el cuello y los puños recosidos; los cuentos se consideraban artículos de primera necesidad”.

 

“Puro Teatro” es una gran obra en la que Chari Sánchez da un generoso repaso a la vida que le ha tocado vivir y que completa una época gloriosa (o no tanto) de aquella España de sueños, de supervivencia, de fatigas y de necesidades. Aquella gente siempre generosa a la que “siempre le ha hecho feliz dar cualquier cosa: una sonrisa, un abrazo sin motivo,… una sorpresa de no cumpleaños, un plato de comida…”.

 

Su trayectoria profesional puede que naciera en aquel aljibe de la infancia, pero ha llegado hasta las estrellas. Su formación como profesora y actriz le viene de “trabajar, trabajar y trabajar”. Dirigió durante ¡26 años! el Aula de Teatro de Pinos Puente, con alumnos de entre 5 y 75 años, logrando montar más de 70 espectáculos. Escribió y adaptó textos, diseñó escenarios, realizó vestuarios, escenografías y seguramente también vendió entradas y barrió escenarios. Impartió muchos talleres de teatro y conferencias y seminarios de vestuario teatral. Organizó intercambios culturales con Irlanda del Norte y Alemania. Colaboró con importantes asociaciones granadinas como la Banda Municipal de Música. Cosechó infinidad de importantes premios provinciales, pero también nacionales e internacionales.  Como actriz ha participado, además de en obras de teatro, en cine y televisión y llevó la dirección escénica de una larga lista de obras.

 

Por hacer referencia sólo a una de las obras de teatro que se incluyen en este interesantísimo libro para los amantes de este arte, hablaré de “El tablao del taranto”; una extraordinaria composición contextualizada en la posguerra española donde se suceden varias historias, incluyendo una de amor. Historias que reflejan la estampa del Madrid de los años cuarenta, que coincide con la intensa actividad de los maquis (uno de ellos aparecerá en escena) el racionamiento, el estraperlo, el estreno de la película de Gilda, la visita de Eva Perón y la muerte de Manolete, entre otras. Los personajes van hablando de las miserias de la vida y de sus estrecheces. “Yo por ser un pobre como Dios manda, he sío pobre hasta de ambiciones… Estoy hartita de tener la suerte tronchá, ¿Por qué me ha tocao a mí?, ¿Quién lo ha echao a suertes?, ¿Quién coño organiza la rifa de la vida?… ¡Cojones, a mí en la rifa me tocó ser pobre, cojo y jorobao!”. La trama de la historia transcurre entre un periodista llegado de Granada para hacer un trabajo de investigación sobre el flamenco y “Él”, que guarda una emotiva sorpresa final.

 

“Os he hablado con absoluta sinceridad, con el corazón en la mano y la indulgencia del amor propio y el buen humor”- dice entre las páginas del libro-. Quizá por eso se define como una viejita rellenita, graciosa, resultona que cuando ve el espejo, “ese hijo de la gran puta”, lo mira como de pasada, sin entrar en detalles.

 

Me quedaría con muchas reflexiones del libro, que demuestran el gran poso de humanidad y de generosidad de quien lo escribe: “Las fronteras son el invento más insolidario del ser humano… son una estrategia del hombre para defenderse del hombre, porque en todo el planeta somos los únicos seres vivientes que tememos a los de nuestra especie. ¡A la mierda las fronteras!”. Suscribo.

 

“Puro Teatro” guarda en sus adentros mucho amor a las tablas y a la vida. Personas como Chari Sánchez hacen grande el teatro, el mundo y esta vieja y torpe raza humana. Obras son amores. Ella así lo hace todo, por amor. ¡Viva el teatro!… ¡Y la vida!

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