Un tribunal chileno ordena reabrir la investigación sobre la muerte del escritor tras las sospechas de que fue envenenado
Por Pedro Solans
A raíz de unos resultados de análisis difundidos en febrero de 2023, que sugieren que el Premio Nobel de Literatura chileno fue envenenado, un tribunal de apelaciones de Santiago de Chile ha ordenado este martes reabrir la investigación sobre la muerte de Pablo Neruda, citando a dos testigos importantes para determinar si fehacientemente fue asesinado.
La decisión del tribunal chileno pone en duda la resolución de la magistrada Paola Plaza que había archivado el caso.
El tribunal señaló que la investigación “no se encuentra agotada”, ya que existen “diligencias precisas que podrían aportar al esclarecimiento de los hechos”. Así, se dispone realizar un nuevo peritaje caligráfico del certificado de defunción extendido por el médico Roberto Vargas Salazar, así como un análisis de los resultados publicados en 2017 por expertos de las universidades de McMaster y Copenhague.
Los testigos que tendrán que rendir cuentas ante la justicia son el archivista Peter Kornbluh, analista especializado en la injerencia de Estados Unidos en el golpe de Estado de 1973, y el ex director de Sanidad del Ejército Eduardo Arriagada Rehren, condenado en 2017 a veinte años de cárcel por homicidio.
Arriagada Rehren tendrá que comparecer ante el tribunal chileno para explicar “su trabajo de inteligencia en base al Costridium botulinum” y exponer “sucesos idénticos por los que fue condenado” por la muerte del militante comunista Archibaldo Morales Villanueva, locutor y colaborador del diario La Región que falleció en la cárcel de San Fernando.
El informe de la investigación, difundido en febrero de 2023 por Rodolfo Reyes, sobrino de Neruda, encontró en la osamenta del escritor restos de la mencionada bacteria, una toxina botulínica que puede afectar el sistema nervioso. “Esto quiere decir que fue asesinado, que hubo intervención de agentes del Estado”, aseguró Reyes entonces.
Neruda falleció el 23 de septiembre de 1973, doce días después del golpe de Estado por el cual llegó al poder el oscuro general Augusto Pinochet, y según la versión oficial Neruda había muerto por cáncer de próstata.
En 2011 el Partido Comunista de Chile presentó una denuncia basada en el testimonio del chofer de Neruda, Manuel Araya —quien falleció en junio de 2023—, según la cual el poeta había sido inyectado en el estómago poco antes de morir.