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Entrevista a Pedro Solans en la Biblioteca Nacional

Entrevistado: Pedro Solans

Entrevistador: José Pablo Muñoz


La serie Catálogo Abierto surge de una coincidencia: las entrevistas que venía realizando el Bibliotecario José Pablo Muñoz a editores y editoras de Córdoba y la inquietud de la Sede Juan Filloy de la Biblioteca Nacional por generar un espacio que colaborara con una mayor difusión de la actividad editorial en la provincia.

Son muchas las editoriales que trabajan en nuestro territorio y creemos necesario que ese trabajo (valioso y a veces silencioso) sea conocido en cada rincón de la provincia y del país.

Con esta convicción como guía, presentamos nuestro sexto número y con él inauguramos nuestro segundo año. Alentamos para que su circulación se multiplique gracias a nuestros lectores.


JPM—¿A qué se dedica el sello Corprens Editora y por qué su nombre?

PS—Corprens empezó editando El Diario de Carlos Paz, luego cuando pasó a ser un pequeño grupo comunicacional, amplió sus actividades y en ese momento, inició su trayectoria como editorial para acercar la oportunidad a escritores de la región, de quienes pueden aportar algo valioso y no pueden acercarse y mostrar sus respectivos materiales —por distintas causas— a los grandes centros editores.

Su nombre surge de la abreviatura de Córdoba y prensa —Cor prens— y debuta con una colección de trabajos de pensamiento nacional donde se publicó a Mariano Moreno, Mariano Saravia, Manuel Belgrano y otros.


JPM—Con respecto a la Editorial, ¿cuáles son las ventajas y desventajas de estar geográficamente ubicada en Carlos Paz?

PS—Las ventajas se pueden resumir en que, a pesar de ser una ciudad del interior del interior del país, tiene una marca nacional e internacional por su actividad económica, el turismo. Tiene un capital abstracto como la publicidad constante y la visita de artistas de diferentes rubros de forma permanente, actores, escritores, productores, mediáticos, etcétera. Pero, además, Villa Carlos Paz tiene un legado cultural muy importante que han dejado grandes artistas y escritores que han vivido y creado en el pueblo como el compositor español Manuel de Falla, el escritor Ernesto Sábato que pasó su época de transición de la ciencia a la literatura en El Pantanillo donde escribió su primer libro Uno y el universo, Alejandra Pizarnik quien escribió un poema al lugar dedicado al cineasta Federico Valle, el escritor Jorge Furt, quien tuvo en su castillo de Villa del Lago la biblioteca de Juan B. Alberdi, el crítico de arte Cayetano Córdoba Iturburu, Florián Czarnyszewicz, uno de los escritores más importantes de las letras polacas, que tuvo una vida intensa durante el siglo pasado y en Carlos Paz escribió sus grandes obras literarias. Pero la lista es larga también de cantantes como Facundo Cabral que escribió su último libro o quienes han sido protagonistas del espectáculo nacional de los últimos setenta años. Con respecto a las desventajas, son las mismas que sufren las editoriales pymes, micropymes o emprendimientos cooperativos en el resto del interior del país. Son muchas trabas que se sortean solo con entusiasmo y creyendo en el compromiso de luchar contra la corriente que, cada vez es más poderosa, por lo menos en estos tiempos. Ningún gobierno planteó a la cultura, y en especial al campo editorial, como una industria que necesita un plan de inversión, con una política de estado con el objetivo que llegase a la meta de ser autosustentable o redituable.


JPM—Una de las últimas obras publicadas por vuestro sello es El nombre de las horas perdidas, de José María Cotarelo Asturias … ¿Nos puede dar una breve reseña de la obra?

PS—Es un poemario que conecta al autor con la naturaleza, a través de los recuerdos de su infancia en Taramundi, un paraje de la España profunda.

Los sonidos y aromas de esa naturaleza se convierten en los principales motivos del libro. El propio autor destaca la importancia del encuentro con “Teuco” Castilla, quien lo animó a explorar y poetizar sobre su niñez, y el poeta recuerda emociones y sentimientos, en una poética que transporta a los lectores a su infancia campesina. La obra vertebrada es una reflexión sobre el paso del tiempo, la memoria, el encuentro con la muerte y la pérdida, la fusión con la naturaleza y un reencuentro con la identidad pasada desde la perspectiva de un presente poblado por soledad e incertidumbres.


JPM—Revisando en sus redes sociales me encontré con una bella poesía de su autoría que dice: “El profeta de la desgracia anunció su trono a pedido de sus clientes, esos cadáveres numerados. Dios escuchó y bajó los brazos”. ¿Cuál sería el profeta de la desgracia para la industria editorial en estos tiempos de hiperconectividad?

PSEl profeta de la desgracia es multifacético, y no quiero caer en respuesta facilista, pero destaco la invasión y los bombardeos de falsos conocimientos que perturban y no dejan reflexionar y, por ende, leer. Esta invasión ataca principalmente lo más valioso del ser: su tiempo, su arraigo, su cultura. La inmediatez y la negación de la historia que propone “este profeta” implica valorar el egocentrismo, el disvalor, la distopía; entonces, es difícil leer, promover la lectura de obras que necesitan sus reflexiones, sus deducciones y exaltan las costumbres humanas como sucesión, herencia, humanidad.


JPM—¿Qué se siente más, editor o escritor?

PSEscritor callejero, de bares, que vive como escritor, aunque no sepa escribir. Por eso, escribo para quienes no leen, o sea tengo poco rigor, me interesa más decir las cosas lo más interesante posible. Desde joven, hice propias las palabras de Miguel de Unamuno, que escribió en Sobre la eternidad. “Yo, señor mío, escribo con la sangre de mi corazón, no con tinta neutra, mis pensamientos, muchas veces contradictorios entre sí, mis dudas, mis anhelos, mis sedes y hambres de espíritu; no redacto conclusiones. (….) Y sé que todo pensamiento escrito con sangre del corazón es una cosa de belleza, digan lo que quieran los artistas de la forma”.

Por otro lado, soy editor por casualidad, como dije anteriormente, para poder visibilizar a los escritores que son marginados.


JPM—¿Qué es un bosque de la poesía y cómo surgió dicho proyecto?

El proyecto surgió en el 2020, en Villa Carlos Paz, cuando nos visitaba ese poeta universal que está entre nosotros que es Leopoldo Teuco Castilla. Veíamos cómo el fuego se devoraba hectáreas y hectáreas de monte autóctono en las sierras, y cercaba a la ciudad. Entonces, sumidos en la impotencia y en la bronca, decidimos con el Teuco Castilla y Aldo Parfeniuk inaugurar un bosque de la poesía con plantaciones de árboles de la zona y un poema a sus pies como símbolo, grito y acción rebelde en contra de lo que está pasando con la naturaleza.

Luego, la iniciativa se fue consolidando y se formó el Movimiento de poetas y artistas en defensa de la naturaleza, que propone sembrar bosques nativos en distintos pueblos y ciudades del país como una primera acción real y simbólica destinada a incentivar la participación activa de toda la población en la protección de la biodiversidad.

El Movimiento de Los bosques de la poesía generó CONASUD La Convocatoria por la Naturaleza como Sujeto de Derechos que reúne a juristas de Argentina de distintas disciplinas entre quienes se encuentran Eugenio Raúl Zaffaroni, Gustavo Caramelo, Nadia Espina, Alejandro W. Slokar y Federico Casiraghi. la senadora nacional Nora Giménez, el sociólogo y ambientalista Juan Pablo Olsson; la Doctora en Derecho Gina Chávez y la Magister en Planificación Magdalena Mayorga de Ecuador y la poeta María Casiraghi y el escritor español José María Chema Cotarelo Asturias.


JPM—¿Qué relación los une al autor Aldo Parfeniuk, teniendo en cuenta que han compartido actividades de índole cultural y además Corprens publicó el libro Ecopoesía?

Aldo Parfeniuk, en principio es un amigo, un maestro, un compañero de ruta, a quién admiro muchísimo, un gran poeta, un gran pensador, tiene un compromiso cabal con sus escritos. Vivimos en la misma ciudad y eso nos facilita las juntadas.

Y Corprens tuvo el honor de publicar su libro Ecopoesía que lo tomamos como el argumento teórico del Movimiento de los bosques de la poesía. Él rescata la íntima relación que existe entre la poesía y la ecología, y por supuesto, pone de ejemplos a poetas extraordinarios como Leopoldo “Teuco” Castilla, Edith Vera, Romilio Ribero, Manuel J. Castilla y la cubana Dulce María Loynaz.

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