(Via «Ensayo General»)
La nueva novela de Alejandro Sánchez-Aizcorbe, publicada por Corprens Editora, fue presentada en Lima y Buenos Aires
El escritor y periodista Alejandro Sánchez Aizcorbe (1952) presentó su novela ‘El gaznapirón’, un relato irreverente que –bajo la sombra de una historia de amor y erotismo– narra los sueños y el sufrimiento de una generación para la construcción de una Patria que no logra levantarse de los escombros dejados por las guerras internas y externas.
El formato digital del texto tuvo un lanzamiento mundial en febrero de este año, en Argentina. Entre tanto, la versión impresa fue presentada en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires y, en julio, en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Este relato podría ser tomado como una secuela de la novela ‘El gaznápiro’, publicada por Sánchez-Aizcorbe hace 25 años. Pero el autor es claro al señalar que se trata de una reinvención cuya escritura inició en la década de la ‘guerra sucia’ en el Perú.
Guerra con heridas abiertas
Para Sánchez-Aizcorbe, esta es la guerra que enfrentaban, por un lado, el terrorismo polpotiano de Sendero Luminoso –que asesinaba y dinamitaba a todo aquel que se opusiera a la ‘guerra popular’– y, por otro, las Fuerzas Armadas, dirigidas por algunos personajes siniestros que sostenían la idea de “matar a ciegas”: eliminar a cien sospechosos, porque de esos cien, dos o tres eran de todas maneras terroristas.
El escritor recuerda que esta guerra costó la muerte o desaparición de alrededor de 69,000 peruanos y peruanas, tal como lo señala el informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), dejando heridas que aún no cierran.
En la presentación, leyendo y escuchando a Sánchez-Aizcorbe, se puede intuir que la novela tiene una dosis de autoficción, pero que ha sido complementada con una investigación que contrasta hechos reales e históricos.
‘El Gaznapirón’ fue editado este año por Corprens Editora (Córdoba, 2023), cuyo director, Pedro Eduardo Solans, afirma estar agradecido porque el manuscrito que le llegó es tan contundente que lo animó a “apostar por el libro impreso”.
Desde la perspectiva de Solans, esta novela marcará un antes y un después en el realismo literario propio del siglo XXI, dejando las corrientes románticas del siglo XIX y el realismo crudo que vino después de la Guerra del Pacífico y ya en el siglo XX con el indigenismo y la literatura urbana..
“El libro que narra episodios de la violencia de fines del siglo XX, muestra una de las miradas de todo lo que sufrieron los peruanos y, a partir de allí, se puede proyectar que pasa con los hombres después de haber sufrido tanto”, agregó.
Sueños de juventud
Con esta visión coincide Jorge Valenzuela Garcés, doctor en Literatura y Filología Hispanoamericana: la novela de Sánchez-Aizcorbe transita y gira alrededor del eje de la política y eso es lo que le da sentido a la vida de cada uno de los personajes.
“En otras palabras, muestra el sueño del socialismo desde las aulas universitarias que podrían ubicarse en las décadas de 1970, 1980 o 1990, jóvenes que sueñan con hacer la revolución pero que se dan cuenta de sus limitaciones”, añade Valenzuela.
Otro de los especialistas que planteó una crítica positiva a la novela es el magister Raymundo Casas Navarro, reconocido como uno de los más destacados lingüistas cognitivos del Perú. Para Casas, el lenguaje del texto es irreverente y envuelve al lector, condicionándolo a seguir la lectura para poder conocer el desenlace.
Tras coincidir con Solans y Valenzuela en torno al contenido político de la novela, Casas destaca el preciso uso del lenguaje para la construcción de la pareja protagonista, formada por Julián Almavera y Liliana.
La fuerza es tal en torno a la música, las drogas y el sexo, en una búsqueda de libertad, que logra que el lector se ‘enamore’ de Liliana y busque avanzar en la lectura para llegar al desenlace, opina.