George Harrison, conocido como «el Beatle tranquilo», fue mucho más que el guitarrista de la banda más influyente de la historia de la música. Nacido el 25 de febrero de 1943 en Liverpool, Inglaterra, Harrison no solo contribuyó al éxito de The Beatles con su talento musical, sino que también dejó un legado profundo y espiritual que trascendió el mundo del rock y se convirtió en un referente cultural y humanitario.
Aunque John Lennon y Paul McCartney eran los principales compositores de The Beatles, George Harrison demostró que su voz y su pluma tenían un poder único. Canciones como While My Guitar Gently Weeps, Something y Here Comes the Sun se convirtieron en clásicos atemporales, mostrando su habilidad para combinar melodías hermosas con letras introspectivas y profundas. Something, en particular, fue elogiada por Frank Sinatra como «la mejor canción de amor jamás escrita», y se convirtió en uno de los mayores éxitos de la banda.
Harrison también fue pionero en introducir sonidos e instrumentos no occidentales en la música popular. Su fascinación por la cultura india lo llevó a estudiar el sitar con el maestro Ravi Shankar, y su influencia se puede escuchar en canciones como Norwegian Wood y Within You Without You. Esta exploración no solo enriqueció el sonido de The Beatles, sino que también abrió las puertas para que otros artistas incorporaran elementos de la música mundial en sus obras.
Tras la disolución de The Beatles en 1970, Harrison continuó su carrera como solista, consolidándose como un artista prolífico y visionario. Su álbum All Things Must Pass (1970), el primer triple álbum de un artista solista, es considerado una obra maestra. Con temas espirituales y reflexivos, como My Sweet Lord o Isn’t It a Pity, Harrison demostró que su música podía ser tanto introspectiva como universalmente resonante.
Además de su contribución musical, Harrison fue un defensor de causas humanitarias. En 1971, organizó el Concierto para Bangladesh, el primer gran evento benéfico de la historia de la música, que sentó un precedente para iniciativas como Live Aid. Este concierto no solo recaudó fondos para los refugiados de Bangladesh, sino que también mostró el poder de la música como herramienta para el cambio social.
George Harrison falleció el 29 de noviembre de 2001, pero su legado sigue vivo. Su música, caracterizada por su espiritualidad y su búsqueda constante de significado, sigue inspirando a nuevas generaciones de artistas y oyentes. Su influencia se extiende más allá de la música, abarcando su filosofía de vida, su compromiso con la paz y su creencia en el poder del amor y la compasión.
