Por Clara Gagliano, editora Corprens.
¿Cuánto sabemos de cine? ¿De su creación, de sus orígenes? Vamos a ver. Dice Wikipedia: «Inspirándose en el kinetoscopio de Edison, e integrando diversos inventos y descubrimientos de la época (como el rollo de fotos de Eastman), los hermanos Lumiere crearon el cinematógrafo, un dispositivo que permitía la toma, proyección y hasta el copiado de imágenes en movimiento». Los Lumiere decidieron montar un espectáculo, consistente en mostrar el funcionamiento del aparato y las imágenes que éste generaba. La primera presentación fue el 28 de diciembre de 1895 en París y consistió en una serie de imágenes documentales de las cuales se recuerda aquella en la que un tren (avanzando a toda velocidad) parecía abalanzarse sobre el público. Se ha dicho en innumerables oportunidades que las personas presentes en dicha presentación reaccionaron con terror, creyendo que serían arrolladas por la locomotora, pero esta versión fue desmentida. Lo que sí sabemos, es que un tiempo después, los hermanos Lumiere lograron el primer filme argumental de la historia: «El regador regado». Pero el puntapié inicial para realizar historias y experimentar recursos narrativos visuales vino de la mano del ilusionista Georges Méliès, quien en un primer momento usó el cinematógrafo como un elemento más para sus espectáculos. Luego convirtió sus espectáculos en cine, creando rudimentarios pero eficaces efectos especiales». Georges Méliès es considerado, hasta el día de hoy, el padre fundador del cine. Incluso tiene una película en su honor, dirigida por Martin Scorsese, ni más ni menos… Pero en esta nota, les invitamos a explorar la otra cara de este relato:
Antes que Georges Méliès empezara a realizar películas, existió una mujer cineasta. Su nombre era Alice Guy. Nació en Saint-Mandé (Francia) en 1873. Se trasladó a París, y después de estudiar secretariado en 1894, obtuvo el puesto de secretaria en la Compañía General de Fotografía de Max Richard. En 1895, Léon Gaumont se asoció con varios nombres ilustres: Gustave Eiffel, el astrónomo y geógrafo Joseph Vallot y el banquero y filántropo Henry Besnier, junto a quienes compró la Compañía General de Fotografía y creó la Compañía Gaumont, que se convertiría en la primera empresa de la industria del cine en Francia. Ese mismo año, los hermanos Lumière presentaron, de la mano de Gaumont, el cinematógrafo. Pero para ellos, el dispositivo era sólo una innovación científica, de posibilidades limitadas y sin mucho futuro. Pero Alice Guy supo ver más allá de las (aparentes) limitaciones y apreciar el potencial artístico de este invento para contar historias. Tras insistir un año en las posibilidades que brindaba el cinematógrafo y en que podía servir para mucho más que un mero registro visual de la realidad, logró que su jefe, Léon Gaumont, le diera permiso para rodar (en su tiempo libre y sin que interfiriera en su trabajo) un par de escenas, utilizando a un grupo de amigos como actores. Así fue que en 1896, a sus 23 años, Alice filmó «El hada de las coles», un cortometraje de un minuto, realizado con cámara fija y en un sólo plano, que se convirtió en la primera película de ficción de la historia. Léon Gaumont quedó feliz con el resultado (ya que vislumbraba un aumento en la venta de cámaras) y encargó a Alice que pusiera en marcha un departamento de cine narrativo. Un poco más tarde, en 1897, Alice Guy cofundó la división cinematográfica Gaumont (que todavía existe), la primera compañía cinematográfica de la historia, de la cual ejerció como directora.
A raíz de esta oportunidad, Alice se volvió una prolífica cineasta: entre 1899 y 1906 filmó 15 películas: La bonne absinthe (1899), Chez le Photographe (1900), Chirurgie fin de siècle (1900), Sage-femme de première classe (1902 y un remake de su primera película, «El Hada de los Coles»), Les chiens savants (1902), Esmeralda (basada en la novela de Victor Hugo «El jorobado de Notre Dame», 1905), España (1905), La malagueña y el torero (1905), La Vie du Christ (1906), Les Résultats du féminisme (1906), La hiérarchie dans l’amour (1906), L’Emeute sur la Barricade (1906), Une histoire roulante (1906), Le Noël de monsieur le cure (1906) y La vérité sur l’homme-singe (1906). La cifra asciende a 16, si contamos Mireille, que codirigió junto a Louis Feuillade.
En 1906, Alice Guy trabajó en «La vida de Cristo», película rodada enteramente en el Bosque de Fontainebleau y en la cual participaron más de 300 extras. Fue la primera producción de gran presupuesto de la compañía Gaumont.
Guy intentó hacer películas con sonido sincronizado con gramófonos en dispositivos llamados cronófonos, adelantándose así a lo que más tarde sería el cine sonoro. Pero debido a los desajustes entre imagen y sonido, la técnica no funcionó, así que abandonó el experimento.
El mérito de todas estas hazañas se incrementa, si tenemos en cuenta que, por aquel entonces, en Francia, las mujeres no tenían ni siquiera derecho al voto.
En 1907 se casó con Herbert Blaché, un camarógrafo que trabajaba para la Gaumont británica, a quien conoció en Nîmes, en un viaje de promoción de Mireille (película pionera del cine mudo).
El matrimonio abandonó la Gaumont y se trasladó a Estados Unidos. Durante dos años recorrieron juntos el país en espera de la apertura de una sucursal Gaumont en Nueva York. Cuando esto ocurrió, la sucursal fue dirigida por Herbert, mientras que Alice utilizó los estudios para sus realizaciones. En 1910 fundó la Film Supply Company y luego su propia compañía productora, Solax Company. Se estableció en la Costa Este y si bien nunca trabajó en Hollywood, sí trabajó en todos los géneros existentes (ahora llamados géneros clásicos) como el drama, el espionaje, el western, el policíaco (que ella misma fundó), el religioso, el fantástico y el de acción. Alice abordó temas como las paradojas religiosas y culturales y sus películas tenían un protagonismo masculino y femenino por igual. Si bien los protagonistas eran en su mayoría burgueses, en sus películas buscaba incluir personajes de todos los rangos sociales. Incluso trabajó con actores y actrices de origen afroamericano: en una época en la que los actores blancos se pintaban la cara para interpretar a personajes negros, Alice les dio lugar y representación en sus producciones.
Sus filmes fueron distribuidos por la Metro Goldwyn Mayer hasta 1918. En 1917 solicitó el divorcio de Blaché y unos años después, en 1922, regresó a Francia con más de 600 películas realizadas, pero debido al auge de la industria fílmica norteamericana, la industria francesa de cine estaba en declive y cuando Guy retorna a su país, no consigue financiamiento para sus proyectos, razón por la cual decide regresar a Estados Unidos. Vivió en una residencia de ancianos de Wayne (New Jersey), hasta su muerte, el 24 de marzo de 1968, a los 94 años de edad.
Alice no solo fue la primera persona en dirigir una película de ficción; fue pionera en los efectos especiales, la ciencia ficción fílmica, el lenguaje narrativo cinematográfico y fundadora de lo que más tarde se ha considerado la profesión de productor o productor ejecutivo; fue la primera persona que logró mantenerse económicamente realizando cine. Su trabajo tuvo una gran influencia sobre George Meliès (sí, el mismo George Meliès que la historia oficial ha presentado como padre fundador del cine).
Alice Guy rodó más de 1.000 películas a lo largo de su vida; fundó varias productoras en Francia y en Estados Unidos. Entre sus películas destacadas, se encuentran: «En la barricada», «La dama tiene antojos», «Nacimiento, vida y muerte de Cristo», «La llamada de la rosa», «En el año 2000», «La gran aventura», «Los resultados del feminismo», «House of Cards», «The Great Adventure» o «Vampire». Alice Guy luchó toda su vida por ser reconocida internacionalmente como directora, actriz y productora, pero la historia del cine borró su paso por la industria y atribuyó sus películas bien a su marido, bien a anónimos, o directamente obvió mencionarlas. La primera persona en reivindicar su labor cinematográfica fue Louis Gaumont, hijo del fundador de la compañía Gaumont, en una conferencia brindada en 1954.
La omisión de Alice Guy en todos los libros y enciclopedias de cine empezó a repararse en 1976, con la publicación de sus memorias, aunque en 1953 Francia la había nombrado Caballero de la Legión de Honor y en 1957 la Filmoteca francesa le había dedicado un homenaje.
En el año 2003 se publicó «Alice Guy Blaché, una visionaria perdida del cine», de Alison McMahan. Este libro consolidó su reivindicación.
En 2017, el Festival de Cine de Alcalá de Henares reivindicó la importancia de Alice Guy con la exposición Hijas de Alice Guy en el antiguo Hospital de Santa María La Rica, que reimaginaba cómo hubiese podido ser el cine si no se hubiese marginado a las mujeres directoras.
En 2012, la compañía española de teatro “La Recua” le rindió homenaje con una obra sobre su vida titulada “Alice a la sombra de las maravillas” y en cuyo estreno estuvo la nieta de Guy, Regine Blaché.
En 2012, la IV edición del Festival del Cine y la Palabra (CiBRA), celebrada en La Puebla de Montalbán y Toledo, le rindió homenaje, con la proyección del documental The Lost Garden: The Life and Cinema of Alice Guy-Blaché, de Marquise Lepage, también con la presencia de su nieta y estableciendo el premio Alice Guy, que busca visibilizar y reconocer proyectos cinematográficos impulsados por mujeres.
«El hada de las coles o repollos» («La fée aux choux». Alice Guy, 1896). Primer film de ficción de la historia, (exceptuando «El Regador regado» de los Lumière). Se inspiró en un cuento tradicional francés que sostiene que los niños nacen de las coles y las niñas de las rosas.
Muy buena tu nota Clari, bien fundamentada y por lo tanto esclarecedora.
Excelente idea la de dar a conocer a esta pionera tan tapada y olvidada, no recordaba muchos detalles de su vida.
Indudablemente es necesario saber todo lo que hizo, una adelantada!!!
Bravo por ella..
Gracias 🫂🫂!!