Por Raúl Sánchez
(Escritor y profesor)
Este pasado sábado 25 de mayo, en el salón del Hotel Italia de Villa Carlos Paz Carlos Paz, se realizó la presentación del libro “Sur de humos” (un islario posible), de Sandra Nora Gioia.
Una obra poética publicada por concurso por la Editora Cultural Tierra del Fuego. “Sur de humos” (un islario posible) es el tercer poemario de la premiada escritora que vivió en Villa Carlos Paz Carlos Paz, aunque es oriunda de Banfield (provincia de Buenos Aires).
En nuestra ciudad vivió su etapa de formación secundaria y universitaria. Posteriormente, luego de viajes y estadías más o menos prolongadas en diferentes países, decidió afincarse en Ushuaia y consolidar su labor literaria que comenzó en sus “amadas sierras cordobesas” hasta convertirse en un referente de la creación poética de la región patagónica austral.
Después de presentar su trabajo en Tanti, lo hizo en el Hotel Italia donde asistieron escritores, personas vinculadas a la actividad cultural carlospacense y también amistades cultivadas por la escritora en nuestra región.
Varios poemas del libro fueron leídos por María Fernanda Herrero, María Susana Goicochea, Karina Sairafi, Agustín Calvo, Raúl E. Sánchez y la propia autora.
El conjunto musical Los Bombones cerró la primera parte del evento. Luego, hubo un momento para el diálogo entre el público y la escritora, que se convirtió en un intercambio nutritivo de comentarios, experiencias literarias y recuerdos.
Cabe destacar que el maravilloso poemario de Gioia está prologado por el reconocido escritor y militante comprometido con su tiempo, Nicolás Romano, quien dijo de la poeta: “Esta buscadora errante se arroja entonces a todo mar, a todo riesgo, para encontrarse y encontrar, para conjugarse con el ahora y con el infinito. Lo hace desasida, cortando cualquier amarra que pudiera sujetarla al mástil, desafiando los cantos de sirena, y se suelta al viento. Claro que un viejo refrán marinero, previene “a buen viento, mucha vela, pero poca tela”, pero Sandra despliega para su búsqueda, toda la vela y toda la tela. Hacía falta coraje y ella lo elige a sabiendas»:
«Clavo mi arpón de hueso/ hago mi apuesta/ vital/ y me la juego
Entera/ cada día/ en la ruleta incierta/ del ser y estar/ en esta Isla».