María José Romero Santiago
Informe y fotos
La Caja de las Letras recibió libros, cartas, fotos y un autorretrato como parte del legado del poeta nacido en Oviedo.
En un sentido acto presidido por el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, el poeta asturiano Ángel González ingresó a la Caja de las Letras el pasado lunes.
La filóloga y ahijada del poeta, María Gil Bürman, explicó desde el atril el contenido del legado. Detrás (desde la derecha en la foto), Luis García Montero, Chus Visor, Araceli Iravedra, Cristina Gil Bürman, Ignacio Villaverde y Carmen Noguero.
La memoria de Ángel González (Oviedo, 1925-Madrid, 2008), poeta de la generación del 50, entró este lunes en la Caja de las Letras con un legado de numerosos libros, cartas, fotografías y otros objetos.
A continuación, el Cervantes celebró un homenaje con una conferencia de Araceli Iravedra, directora de la Cátedra Ángel González de la Universidad de Oviedo, y una lectura de poemas a cargo de Luis García Montero, Rocío Acebal, Fernando Beltrán, María y Cristina Gil Bürman, Martín López-Vega, Benjamín Prado y Chus Visor.
Ángel González
Ángel González Muñiz (Oviedo, 6 de septiembre de 1925 – Madrid, 12 de enero de 2008), fue un poeta español de la Generación del 50. Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1985 y académico y Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 1996. Publicó su primer libro de poemas en 1956.Áspero mundo, M., Col. Adonais, (Accésit Premio Adonáis 1955) y tuvo una segunda edición con el sello Ediciones Vitruvio, en 2012.
En enero de 1996 fue elegido miembro de la Real Academia Española en el sillón «P» sustituyendo al escritor Julio Caro Baroja. Fue propuesto por los académicos Gregorio Salvador, Miguel Delibes y Emilio Alarcos.
En 2001 obtuvo el Premio Julián Besteiro de las Artes y las Letras. En 2004 se convirtió en el primer ganador del Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca.
González colaboró con el cantautor Pedro Guerra en el libro-disco La palabra en el aire (2003) y también con el tenor Joaquín Pixán, el pianista Alejandro Zabala y el acordeonista Salvador Parada en el álbum Voz que soledad sonando (2004). El cantautor Joaquín Sabina le rendiría tributo con su canción «Menos dos alas»
Su obra poética: Áspero mundo, M., Col. Adonais, 1956.(Accésit Premio Adonáis 1955). 2ª ed. Ediciones Vitruvio, 2012.Sin esperanza, con convencimiento, B., Colliure, 1961.Grado elemental, París, Ruedo Ibérico, 1962 (Premio Antonio Machado).Palabra sobre palabra, M., Poesía para todos, 1965, 1972 y 1977.Tratado de urbanismo, B., Col. El Bardo, 1967.Breves acotaciones para una biografía, Las Palmas de Gran Canaria, Inventarios provisionales, 1971.Procedimientos narrativos, Santander, La isla de los ratones, 1972.Muestra de… algunos procedimientos narrativos y de las actitudes sentimentales que habitualmente comportan, M., Turner, 1976.Muestra, corregida y aumentada, de algunos procedimientos narrativos y de las actitudes sentimentales que habitualmente comportan, M., Turner, 1977.Prosemas o menos, M., Hiperión,1985.Deixis en fantasma, M., Hiperión, 1992.Otoños y otras luces, B., Tusquets, 2001.Nada grave, Madrid: Visor, 2008, póstumo.
El poema de Benjamín Prado
El poeta madrileño escribió el poema María y El Fantasma (del libro Ya no es tarde (Visor, 2014) dedicado y cuyo protagonista es el gran poeta asturiano.
María y El Fantasma
Existen ciertas noches en las que Ángel González
olvida que está muerto
y entra en casa,
enciende un cigarrillo,
jugamos a poner las cartas boca arriba.
Si me ve melancólico,
se enfada;
dice que la tristeza es de cobardes;
que el equilibrio sólo lo merece
quien sabe negociar con la caída;
que me ponga de pie
y vuelva a la pelea.
Si hablamos de política,
sostiene
que en España
eso es el arte
de hacer de la otra orilla lo contrario del río.
Si me pongo a escribir,
me exige que mis versos
nunca dejen atrás a sus poemas;
que no salga a cazarlos y espere a las palabras
que vengan
a leer
en ellos
su destino.
Y si le hablo de mí,
dice que no me fíe:
—Pregúntale a los otros para saber quién eres.
Él ya no es tan callado como cuando aún vivía
y yo se´ que no estar en este mundo
no es razón suficiente para que no te escuchen,
para que no te crean.
Si le hablo de nosotros
me dice que recuerde
que el amor es un ciego con un arma en la mano
y me ordena que corra hacia las balas.
—No lo dudes: María es tu respuesta.
Te aseguro
que hay noches en las que Ángel González
no recuerda que ha muerto
y se sienta a mi lado
para hablarme de ti.