Por Aldo Parfeniuk
(Poeta y ensayista)
El pasado viernes 16 de febrero falleció a los 73 años, en Villa María, Felipe Coggiola, entrañable vecino, docente universitario, maestro de la fotografía, destacado ajedrecista y reconocido dirigente del Club y Biblioteca Sarmiento de esa ciudad. En Carlos Paz trabajó durante varias temporadas, en la década del setenta, como chofer y guía de turismo de la histórica empresa Turis Norte de Eleodoro Tántera, con quien estaba vinculado familiarmente. Su hermana Silvia Coggiola vive desde hace más de treinta años entre nosotros y es también una destacada artista visual. Su compañero, Aldo Parfeniuk (cuñado de Felipe, con quien compartió investigaciones en la Universidad de Villa María) escribió el poema que hoy publicamos a modo de recuerdo y homenaje.
Felipe Coggiola
(a su memoria-19/02/24 )
Pasa por lo alto volando una sonrisa
con las alas de un corazón tan grande
que ya no entraba en el pecho en que latía.
Va Felipe Coggiola, cámara en mano
y tablero de damas siempre invitando,
queriéndonos con la alegría intacta,
alto y feliz Felipe, volando en su sonrisa
y llevándonos de la mano, cielo adentro, lejos.
Con su docencia de enseñar la alegría
seguirá sobrevolando su perpetua inocencia
sobre la vida de sus amores simples:
la familia, los amigos, el ajedrez, el Club;
la quinta de verduras de regalarle al barrio,
y todas las imágenes que cabían
en la Nikkon alerta de su propia retina
abierta para que sus alumnos
aprendieran a ver el universo
en una pequeña gota de agua, una puesta de sol
o las simples imágenes que va llevando el río.
Aunque pronto ya sea carne del añoso algarrobo
que seguirá creciendo con sus cenizas fértiles,
estará como siempre, haciendo sus asados
y dándoles sombra a todos: compartiendo
los frutos.
Vayámonos con él, hechos la luz sonriente
de su corazón en vuelo
que seguirá sembrando semillas de la vida,
cámara en mano, en el campo del cielo,
sobre los cuatro vientos de su Villa María
de los primeros días y de la despedida.
Aldo Parfeniuk
Que en paz descanse este gran hombre, un honor para quienes lo conocieron.