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Un día como hoy, de 1898, se publicaba el primer número de la revista Caras y Caretas

La revista «Caras y Caretas», fundada en Buenos Aires en 1898, es una de las publicaciones más emblemáticas de Argentina y un referente del periodismo gráfico latinoamericano. A través de su combinación de crónicas políticas, sátiras, caricaturas y fotoperiodismo, la revista se convirtió en una herramienta clave para entender la cultura, la sociedad y la política de finales del siglo XIX y principios del XX. Con su aguda mirada sobre la actualidad y su capacidad para llegar tanto a las élites como al pueblo, Caras y Caretas marcó un hito en la historia de la prensa gráfica en la región.

Un periodismo innovador para su tiempo

Creada por el periodista uruguayo Eustaquio Pellicer y el empresario español Bartolomé Mitre y Vedia, Caras y Caretas revolucionó el panorama mediático de la época. Inspirada en publicaciones satíricas europeas como Le Rire de Francia, la revista se destacó por su estilo visual y su enfoque humorístico de los temas serios. Con un formato innovador que combinaba caricaturas con textos incisivos, retrataba a las figuras políticas, sociales y culturales más relevantes, generando tanto entretenimiento como reflexión.

Uno de los aspectos más notables de Caras y Caretas fue su capacidad para capturar la idiosincrasia argentina. A través del humor y la sátira, la revista comentaba la actualidad de una sociedad en transformación, marcada por la inmigración masiva, el crecimiento urbano y los conflictos políticos. La publicación se convirtió en un observatorio privilegiado de las tensiones entre modernidad y tradición, entre lo local y lo global.

Caras y Caretas y el fotoperiodismo

A principios del siglo XX, Caras y Caretas fue pionera en el uso de la fotografía como herramienta informativa. En una época donde la prensa aún dependía principalmente del texto y la ilustración, la revista comenzó a incluir imágenes fotográficas que complementaban las crónicas y reportajes, lo que la posicionó como una de las primeras en incorporar el fotoperiodismo de manera sistemática en América Latina. Este enfoque visual permitió a los lectores no solo imaginar, sino ver las noticias y los eventos más relevantes, desde inauguraciones y desfiles hasta conflictos y escenas cotidianas.

El uso de la fotografía amplió el atractivo de la revista, que llegó a tener una amplia tirada y una base de lectores diversa. Desde las clases populares hasta la élite política e intelectual, todos encontraban en Caras y Caretas una ventana a los acontecimientos nacionales e internacionales, abordados desde una perspectiva cercana y accesible.

Crítica política y social

Caras y Caretas no solo fue innovadora desde el punto de vista técnico, sino que también jugó un papel fundamental en la **crítica política y social** de su tiempo. A través de sus caricaturas y artículos, la revista reflejaba los debates y conflictos de una Argentina en pleno proceso de modernización. Durante su primer ciclo de publicación, que se extendió hasta 1941, la revista documentó los principales eventos políticos del país, desde los gobiernos conservadores hasta la Reforma Universitaria de 1918, pasando por las tensiones entre los sectores oligárquicos y las clases trabajadoras.

Las caricaturas de artistas como Manuel Mayol y José María Cao, conocidas por su humor punzante y su capacidad para ridiculizar a las figuras del poder, se convirtieron en una herramienta de denuncia que no solo entretenía, sino que también ponía en evidencia las desigualdades y contradicciones de la época. La revista utilizaba el humor como un lenguaje accesible para criticar a las autoridades y exponer las injusticias sociales, lo que le permitió forjar una conexión única con sus lectores.

Declive y renacimiento

Tras su cierre en 1941, Caras y Caretas dejó un vacío en el periodismo argentino, pero su legado no se extinguió. En 2005, la revista fue relanzada, adaptándose a los nuevos tiempos, pero conservando su espíritu crítico y satírico. El nuevo Caras y Caretas mantiene su compromiso con la crítica social y política, pero también ha ampliado su enfoque para incluir una mirada más amplia sobre la cultura y la historia argentina, haciendo eco de la rica tradición que la revista representa.

En su nueva etapa, dirigida por el periodista Víctor Santa María, la publicación ha logrado reposicionarse como una voz relevante en el periodismo gráfico, abordando temas contemporáneos y revisando el pasado reciente de Argentina. Además, ha consolidado su labor de rescate de la memoria histórica, publicando números especiales dedicados a figuras y eventos claves de la historia argentina, como el peronismo, los derechos humanos y los procesos sociales de transformación.

Legado en el periodismo gráfico

El legado de Caras y Caretas es indiscutible. La revista no solo estableció un estándar de calidad en el periodismo gráfico, sino que también contribuyó a consolidar el humor político y la caricatura como géneros legítimos de expresión crítica. Su capacidad para llegar a públicos amplios y para hacer accesibles debates complejos sigue siendo una referencia en la práctica periodística.

Más allá de su contribución formal, Caras y Caretas jugó un rol fundamental en la construcción de la identidad argentina, documentando los cambios sociales y políticos que definieron el país en el siglo XX. Su enfoque visual y humorístico, su defensa de la libertad de expresión y su compromiso con la crítica al poder han dejado una huella imborrable en la historia del periodismo argentino y latinoamericano.

Hoy, más de un siglo después de su fundación, Caras y Caretas sigue siendo sinónimo de periodismo crítico, humor inteligente y una visión pluralista de la sociedad, confirmando su lugar como uno de los grandes referentes de la prensa en español.

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