En 1990, el poeta nacido en Cosquín, Bernardo Schiavetta logró el prestigioso Premio Fundación Loewe con su original libro «Fórmulas para Cratilo» que sería publicado por la no menos reconocida Colección Visor de Poesía de Madrid.
Precisamente, el presidente del jurado que seleccionó la obra de Schiavetta fue el mexicano Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura.
Schiavetta ya había publicado con éxito «Diálogo» en Valencia y en 1983, obtuvo el Premio Gules con «Prometeo».
Pero el elogio de Paz a la obra del coscoíno pone la mirada que le faltaba a la poesía investigativa y de búsqueda de los límites de la palabra del coscoíno.
Qué dijo aquella vez Octavio Paz sobre «Fórmulas para Cratilo»; «el libro alude al diálogo de Platón en que Cratilo mantiene que la naturaleza del lenguaje es mimética, mientras que Hermógenes sostiene la tesis, contraria y sin duda exacta, de su convencionalidad. Pero los poetas, decía Roland Barthes, optan siempre por el partido de Cratilo. Las fórmulas rítmicas de los poemas de Schiavetta se construyen, en conjunción indisociable de forma y de sentido, como signos miméticos de sus propios temas.»
«Esta obra, Fórmulas para Cratilo está conseguida con gran rigor intelectual. Es una poesía inteligente, lo cual demuestra que la inteligencia no está reñida forzosamente con la emoción.»
¿Qué dijo Schiavetta?
Apenas se publicó en El Diario la primera parte de esta nota, Bernardo Schiavetta recordó que se cumplían 30 años de su libro Fórmulas para Cratilo, Madrid, Visor 1990, que tuvo el Premio Loewe ese mismo año.
«La grafía «Cratilo» y no «Crátilo» era un homenaje a (Jorge Luis) Borges ( a su verso «Como dice el griego en el Cratilo»), pero pocos lo notaron. Por entonces, ese premio (basta con consultar Wikipedia para ver su importancia) se daba por primera vez a un latinoamericano, y los dos tercios de de los críticos españoles consideraron que no era poesía legible. Dos docenas de sus poemas están ahora en antologías de referencia, como la del Bicentenario de Alfaguara, reunida por Monteleone o la gran antología de Sextinas de Hiperión.
Octavio Paz, quien defendió Fórmulas para Cratilo a capa y espada en el jurado, declaró que era un libro de «poesía inteligente». Por lo menos dos tercios de los críticos españoles aparentemente no alcanzaron a tener la esa calidad particular de inteligencia que permite saborear las «emociones intelectuales» y las búsquedas formales alejandrinas (poemas visuales, laberintos, rimas en eco, etcétera que tenía el gongorismo del Siglo de Oro.
Fórmulas par Cratilo fue directamente inspirado por el delicado culteranismo de Sor Juana Inés de la Cruz, cosa que sin duda (Octavio) Paz percibió.»