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La singular literatura de Carlota Marval

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“LOS QUITILIPIS” – Entre búhos y cielos de nostalgia

 

por Dante Borelli
Escritor, poeta
(especial)

 

Hay libros que llegan a nuestras manos y no sabemos cómo. De pronto están en nuestra biblioteca, en nuestra mesa de luz; están ahí, sin saber exactamente cómo llegaron. Pero en algún momento, como por arte de magia, sentimos la necesidad de leerlos. Así fue como la novela «Los Quitilipis», de Carlota Marval, llegó a mis manos, sin que pudiera recordar el momento exacto en que entró a mi vida. Sin embargo, una vez que comencé a sumergirme en sus páginas, entendí por qué esta obra merece ser leída.

 

Soy chaqueño, quitilipense; quizás por eso el título me resultó seductor; quizás por eso la tapa de esa novela cautivó ciertas fibras neurales o cordiales que tensaron la atracción.

 

Carlota Marval, nacida en Buenos Aires, no tuvo su primer contacto con el arte a través de la literatura. Estudió música y artes plásticas, lo que posiblemente explique su sentido poético y el especial colorido con que describe la naturaleza. Posteriormente, realizó estudios de literatura creativa con la escritora Inés Malinow. En 1970, al ganar el Primer Premio de Poesía de la Fundación Isidoro Ricardo Steinberg, debutó con su primer libro de poemas, «La Niebla Encendida».

 

En 1973, Marval publica, con el auspicio del Fondo Nacional de las Artes, la primera edición de su novela «Los Quitilipis». También ese año aparece su cuento «El Cuadro de las Palomas» en una antología de varios autores. En 1974 da a conocer un volumen de literatura juvenil titulado «La Casa de Madre Señora».

 

Tras residir en Europa durante tres años y medio, donde realizó un ciclo de literatura hispano-americana para la radio y televisión española, Marval regresa a Argentina. En 1978, escribe un ensayo sobre Juan Draghi Lucero y publica una segunda edición revisada y ampliada de «Los Quitilipis», de la Editorial Plus Ultra.

 

En 1981, Marval publica «El país de los cielos mojados», una obra que complementa y enriquece su universo literario. En esta novela, Marval sigue cautivando a sus lectores con su prosa envolvente y su habilidad para mezclar lo ilusorio con lo cotidiano.

 

Pero, ¿quiénes son «Los Quitilipis»? Marval, hermana a los personajes con los ñacurutúes chaqueños, pájaros que abundan en el Norte Argentino y cuyo ulular suena en los montes impenetrables. En su novela, los protagonistas son como pájaros tratando de volar lejos, pero sin poder desprenderse de su particular idiosincrasia.

 

“Hay lágrimas de ocho días de lluvia por siete cuerdas de guitara. Y Jacinto recién comprendió. El sol se había quedado en Quitilipi.”

 

Como “los quitilipis” de su novela, Carlota Marval también abandona su tierra natal y su primer amor, la poesía, durante un tiempo. En esta segunda edición de su novela, regresa a su origen poético, asomándose una vez más en su prosa.

 

-Soy del Chaco.

-¿Es lindo allí?

-Claro. Y es lejos.

-¿Iremos alguna vez? Sería tan lindo.

-¡Ya estamos! Juguemos a ir, Marisa.

-Bueno, ¿dónde estamos?

-En Quitilipi.

-¿Qué es eso?

-Un pájaro.

-¿Es tu pueblo un pájaro?

-Sí, es de plumaje oscuro, ojos redondos. Le oigo cantar entre la arboleda, por la noche. ¿Escuchas? Dicen que trae buena suerte.

-¡Quiero oírlo!

-Allá va… entre los palmerales! En Pampa Verde, por los sauces enredados de chaparrones del Aguará y El Zanjón. Pasando los obrajes, cuando el cielo se oscurece en La Florida. Canta el quitilipi. Y su cantar se destrenza en las cañas, en la luz de los pomelos y alhelíes…

-¿Pero dónde estamos ahora?

-Donde quieras estar, Marisa.

-No sé, es muy grande.

-Si Quitilipi cabe dentro de una guitarra.

-Lo suficiente como para ser feliz. Pero no podemos verlo todo en un día.

 

La novela es realista, con saltos temporales, y sus protagonistas están desterrados de sus sentimientos y su terruño.

 

Esta novela tiene un lugar reservado en mi biblioteca, en un rincón de los estantes de mi corazón, donde los recuerdos son un presente cotidiano.

 

Tengo muchas preguntas sobre su autora y su peculiar relación con mi ciudad natal; pero esos interrogantes agigantan la magia de esta novela imperdible.

 

«Los Quitilipis» de Carlota Marval, no solo encierra una historia cautivadora y llena de encanto, sino que también deja una huella profunda en el lector, recordándonos la importancia de los lazos que nos unen a quienes amamos. Una obra que, sin duda, merece ser leída y atesorada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La novela es realista, con saltos temporales, y sus protagonistas están desterrados de sus sentimientos y su terruño.

Esta novela tiene un lugar reservado en mi biblioteca, en un rincón de los estantes de mi corazón, donde los recuerdos son un presente cotidiano.

Tengo muchas preguntas sobre su autora y su peculiar relación con mi ciudad natal; pero esos interrogantes agigantan la magia de esta novela imperdible.

«Los Quitilipis» de Carlota Marval, no solo encierra una historia cautivadora y llena de encanto, sino que también deja una huella profunda en el lector, recordándonos la importancia de los lazos que nos unen a quienes amamos. Una obra que, sin duda, merece ser leída y atesorada.

 

 

 

 

Esta entrada tiene un comentario

  1. Claudio K

    Gracias Dante por esta recomendación, tu amistad, conocerte y hablar con vos siempre me da la paz de un buen libro…un abrazo grande…

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