En 1955, un escritor desconocido llamado Marco Denevi ganó un concurso de la editorial Kraft con una novela policial atípica: Rosaura a las diez. La obra, ingeniosa y llena de giros, se convirtió en un clásico de la literatura argentina. Pero su fama no terminó en las páginas: en 1958, el director Mario Soffici la llevó al cine con un éxito que confirmó su calidad.
El enigma de Rosaura: voces que mienten, verdades que se esconden
La novela es un rompecabezas narrado por múltiples personajes, cada uno con su versión de los hechos. El misterio gira en torno a Rosaura, una joven misteriosa que entra en la vida de Camilo Canegato, un tímido pintor de avisos publicitarios. ¿Es Rosaura real o una invención? ¿Quién la asesinó? Denevi juega con las apariencias y la psicología, creando una trama donde la mentira y la soledad se entrelazan.
El gran acierto del libro es su estructura: como un Rashomon argentino, cada testimonio revela algo nuevo y, a la vez, nos hace dudar de todo. Denevi, con ironía y elegancia, critica las convenciones sociales y la facilidad con que juzgamos a los demás.
Del papel a la pantalla: el cine le da rostro al misterio
La adaptación de Mario Soffici (1958) fue un hito. Con Susana Campos como Rosaura y Juan Verdaguer como Canegato, la película capturó el clima opresivo y ambiguo del libro. Soffici respetó el juego de perspectivas, usando recursos visuales para mantener la intriga: sombras que ocultan, espejos que distorsionan, primeros planos que delatan nerviosismo.
El film también reflejó la sociedad argentina de los 50: la hipocresía de las clases medias, la fragilidad de las apariencias y la soledad en una ciudad que puede ser hostil. Hoy, sigue siendo una de las mejores adaptaciones literarias del cine argentino.
Denevi: un escritor que desafió las etiquetas
Denevi nunca se limitó a un solo género. Escribió desde policiales (Ceremonia secreta) hasta obras de teatro y ensayos filosóficos. Pero Rosaura a las diez sigue siendo su obra más celebrada, porque mezcla suspense, humor y una mirada aguda sobre la condición humana.
¿Por qué volver a Rosaura hoy? Porque la novela y el film nos recuerdan que la verdad depende de quién la cuenta. Y que, a veces, las mentiras dicen más de nosotros que las certezas.
Si no la leyeron, busquen el libro. Si no la vieron, descubran la película. El misterio de Rosaura sigue esperando.