Naomi Klein (Montreal, 1970) trasciende el éxito literario para erigirse como una de las voces más lúcidas en el diagnóstico de las crisis del siglo XXI. Su obra, traducida a más de 35 idiomas, y su activismo incansable han tejido los hilos ocultos entre el capitalismo global, la injusticia social y el colapso climático, redefiniendo el pensamiento crítico para generaciones enteras.

En No Logo (1999), Klein desnudó la maquinaria de explotación laboral y cultural detrás de las grandes corporaciones, un libro que se convertiría en la biblia del movimiento antiglobalización. Sus páginas, que anticiparon la precariedad laboral y el auge del consumo ético, resonaron desde las protestas de Seattle hasta las actuales luchas contra el fast fashion.

Una década después, La doctrina del shock (2007) reveló el modus operandi del capitalismo contemporáneo: la imposición de políticas neoliberales aprovechando crisis—golpes de Estado, desastres naturales o incluso pandemias. Su análisis de casos como el Chile de Pinochet o el huracán Katrina se volvió un manual para entender la privatización durante el COVID-19.

Con Esto lo cambia todo (2014), Klein llevó su crítica al terreno ecológico, demostrando que la crisis climática es inseparable de la desigualdad. Esta idea culminó en En Llamas (2019), donde abogó por un Green New Deal que fusionara justicia climática y derechos laborales, inspirando a figuras como Alexandria Ocasio-Cortez.

Los libros de Klein son hoy material de estudio en universidades y bandera de movimientos como Fridays for Future. Pero su aporte va más allá de la denuncia: proyectos como Message from the Future—cortometrajes que imaginan sociedades sostenibles—son armas contra el pesimismo. Su crítica a las grandes ONG ambientales (Big Green), acusadas de pactar con corporaciones en lugar de impulsar cambios radicales, ha redefinido el ecologismo moderno.

Klein no es solo una teórica. Co-fundó The Leap, un manifiesto que promueve economías verdes con justicia social, y su periodismo—riguroso pero accesible—ha democratizado debates complejos. Su enfoque interseccional, que vincula clima, género y desigualdad, domina hoy en las nuevas generaciones de activistas.

En sus propias palabras: «El neoliberalismo libra una guerra contra la imaginación. Nuestro trabajo es recuperar la capacidad de soñar alternativas».

Naomi Klein ha entregado a sus lectores algo más que análisis: un antídoto contra la resignación. Su obra prueba que las crisis—económicas, climáticas o políticas—no son solo amenazas, sino ventanas para reimaginar el mundo. Como ella afirma: «Otro futuro no solo es posible, ya está siendo construido«. Y en esa construcción, su voz sigue siendo indispensable.