El 21 de enero de 1980, se anunciaba que Jorge Luis Borges, junto al poeta español Gerardo Diego, obtenía el Premio Cervantes, el galardón más prestigioso de las letras hispanas. La entrega oficial se realizó el 23 de abril de 1980 en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, coincidiendo con el aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes.
Así Borges se convirtió en el primer autor argentino en recibir este honor desde la creación del galardón en 1976. Su reconocimiento no solo celebra su impacto en la literatura hispanoamericana, sino también su influencia en la narrativa universal.
Borges, considerado uno de los escritores más destacados del siglo XX, recibió este reconocimiento por su extraordinaria contribución a la literatura universal. Su obra, compuesta por cuentos, ensayos y poemas, ha explorado con maestría temas como el tiempo, el infinito, los laberintos y la identidad. Títulos como Ficciones, El Aleph y El libro de arena lo consagraron como un autor imprescindible para la narrativa contemporánea.
La ceremonia estuvo cargada de simbolismo y emoción. A pesar de su ceguera, Borges expresó su gratitud con humildad, calificando el premio como un honor inmerecido. En su discurso, destacó la riqueza de la lengua española y su capacidad para unir a las culturas de ambos lados del Atlántico. Su actitud serena y su intelecto deslumbrante dejaron una profunda impresión en los presentes.
El hecho de compartir el premio con Gerardo Diego, una figura destacada de la Generación del 27, subrayó el carácter iberoamericano del Cervantes, un reconocimiento que celebra tanto la diversidad como la unidad de la literatura en lengua española.
El Premio Cervantes 1980 simboliza un reconocimiento tardío pero merecido a uno de los más grandes genios literarios del siglo XX, cuya influencia trasciende las fronteras idiomáticas. Borges, al recibirlo, reafirmó su lugar en el panteón de las letras hispanas junto a nombres como Miguel de Cervantes, a quien consideraba una figura central en su vida de lector.
La entrega del galardón fue recibida con entusiasmo tanto en España como en Argentina, donde Borges sigue siendo un orgullo nacional. Su legado literario continúa inspirando a generaciones de escritores y lectores que encuentran en su obra un reflejo de las complejidades y maravillas de la condición humana.