Por José Mª Cotarelo Asturias
Fotos: Antonio Arenas
Con el nuevo Bosque de la Poesía y la Biodiversidad recientemente inaugurado en terrenos de dominios de La Alhambra, Granada pasa a liderar a nivel europeo este tipo de iniciativas, cuyo fin primordial es la concienciación sobre el necesario cuidado del medio ambiente, el fomento de la lectura y dar a conocer principalmente a poetas locales, tanto anónimos como consagrados.
El movimiento, que se inició en Argentina en 2020 por los poetas Leopoldo Castilla, Aldo Parfeniuk y Pedro Jorge Solans, que estuvo presente en la inauguración, cuenta ya con infinidad de bosques en Iberoamérica, pero también en EE.UU., Italia y otros países. En Granada contamos con el de Maracena, Huétor Santillán, Cogollos Vega, Santa Fe y los próximos a inaugurar en Fuente Vaqueros y Guadix, entre otros.
El acto contó con numeroso público y distintas autoridades, que vivieron emocionados la cálida mañana del sábado en la Dehesa del Generalife, organizado por la ONG, Árboles Contra el Cambio Climático (ACCC Granada) y los Bosques de la Poesía.
Lola Ortega, la presidente de la ONG, fue quien dio la bienvenida a los asistentes y habló de la importancia de los bosques y la gran labor que desempeñan los voluntarios en la reforestación, riego y cuidado de los mismos.
El director de La Alhambra Rodrigo Ruiz- Jiménez, se sintió feliz del proyecto y prometió que lo cuidarían y mejorarían, pues “para nosotros es tan importante el patrimonio verde, como la misma fuente de los leones”.
Pedro Solans relató la horizontalidad del movimiento a nivel internacional y se sintió feliz de estar en un acto tan emotivo para él y lo bello que sería poder llevar esta propuesta a todos los rincones del planeta. Agradeció a las autoridades presentes su implicación y a los promotores del mismo y añadió que los bosques crean conciencia.
La lectura de poemas estuvo a cargo del premio Nacional de Poesía 2016, Ángeles Mora. Marina, la hija, del también premio nacional de literatura Rafael Guillen, leyó un poema que no está editado en ninguno de los libros de Rafael, “En este otoño”, le siguieron, la premiada Teresa Gómez, las niñas del colegio Federico García Lorca, Mara Pascual y Angela Chiquero, y Federico Merino y Pilar Castellano, dos voluntarios de la ONG, que recitaron respectivamente poemas de E. Dickinson, Rosalía de Castro y Machado. Como representación de la organización del Otoño Cultural Iberoamericano de Huelva y venida expresamente para el acto, María Mora, leyó un poema de Lorca. El que suscribe leyó un poema especialmente compuesto para el acto. Todos los poetas fueron acompañados por el violín de la artista Mathilde Larosa.
Clausuraron el acto el delegado de Cultura, Turismo y Deportes Granada, Fernando Egea y la delegada de Cultura, Turismo y Deportes de Huelva, Teresa Herrera, que dijo que “en Huelva se sembró la primera semilla de los Bosques de la Poesía en el pulmón de Europa, que es una señal de identidad; el Parque Nacional de Doñana. En su reforestación se incluyó un bosque de la poesía, ya que el binomio naturaleza-poesía es algo hermoso”. Fernando Egea manifestó su emoción ante tanta sensibilidad por el acto celebrado y comentó la necesidad, y así se lo manifestó al director de La Alhambra, de ampliar los poetas e incluir alguno de los poetas nazaríes que figuran en los muros de La Alhambra. Se refirió también a una encíclica papal que dice: “la paz interior de las personas tiene mucho que ver con el cuidado de la ecología”.
Finalizado el acto se procedió a plantar varios árboles autóctonos por las autoridades, los poetas y el público en general, bajo la atenta supervisión de los voluntarios de la asociación Arboles Contra el Cambio Climático.
Cabe destacar que esta iniciativa es de muy bajo coste y que pone preferentemente en valor a los poetas del pueblo o ciudad donde se instala, sirviendo además a posteriori de lugar de encuentro para recitales de música, poesía y otros eventos. Los Bosques de la poesía son algo vivo que permanece en el tiempo. “Puede que algún día la mano que los sembró/ ya no vea la dulce abeja libar la flor…/ pero el bosque seguirá aquí/ dando sombra, frescor y sustento. / Bendita la mano que siembra/ el arco iris, la roja mariquita/ la mujer que abraza el árbol, el pintor que la pinta/ la abeja que liba la flor, el poeta que llora/ y el nido del ruiseñor enamorado”.