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5 años sin Alicia Alonso, Prima Ballerina Assoluta y gran renovadora de la danza cubana

Alicia Alonso (1920-2019), figura icónica del ballet clásico y emblema de la cultura cubana, dejó una marca imborrable en el mundo de la danza. Fundadora del Ballet Nacional de Cuba y reconocida a nivel mundial por su virtuosismo, su entrega y su contribución al desarrollo del ballet en América Latina, Alonso trascendió no solo por su técnica impecable, sino por su indomable espíritu.

Alicia Alonso, nacida en La Habana en 1920, comenzó a estudiar danza a los nueve años y rápidamente demostró un talento excepcional. En la década de 1930, se trasladó a los Estados Unidos para continuar su formación, ingresando en la School of American Ballet de Nueva York. Allí perfeccionó su técnica y comenzó a bailar profesionalmente en compañías de renombre, como el American Ballet Theatre (ABT), donde desarrolló su carrera internacional.

Sin embargo, un obstáculo aparentemente insuperable marcó un punto crucial en su vida: a los 19 años, sufrió un desprendimiento de retina que la dejó casi ciega. Contra todos los pronósticos, Alonso continuó bailando. Desarrolló una técnica única para orientarse en el escenario, utilizando la iluminación y la memoria espacial. Este desafío personal se convirtió en un testimonio de su fuerza y determinación.

La creación del Ballet Nacional de Cuba

En 1948, Alicia Alonso regresó a su Cuba natal con una visión clara: fundar una compañía de ballet que no solo fuera un referente cultural en la isla, sino que también elevara el estatus del ballet en América Latina. Ese mismo año, creó el Ballet Nacional de Cuba, una institución que se convirtió en una de las más respetadas a nivel internacional.

Bajo la dirección de Alonso, el Ballet Nacional de Cuba ganó prestigio por su rigor técnico y la calidad artística de sus producciones. La compañía llevó a cabo giras internacionales por Europa, Asia y América, contribuyendo al reconocimiento global de la escuela cubana de ballet, que combina la precisión técnica rusa con la pasión y el lirismo característicos de la cultura caribeña.

Los grandes roles y su consagración.

Alicia Alonso fue venerada por sus interpretaciones en papeles icónicos del repertorio clásico, como Giselle, El lago de los cisnes y Carmen. Su versión de Giselle, en particular, fue considerada una de las mejores interpretaciones del siglo XX, donde combinaba una técnica perfecta con una carga emocional arrolladora. Bailó este rol hasta los 70 años, demostrando no solo su longevidad artística, sino su capacidad para seguir emocionando a generaciones de espectadores.

Su impacto no se limitó a la danza sobre el escenario. Como pedagoga, Alonso formó a numerosos bailarines que llegaron a ser figuras destacadas en compañías de todo el mundo. Bajo su tutela, el Ballet Nacional de Cuba se consolidó como una cantera de talentos internacionales.

Un legado inmortal

A lo largo de su carrera, Alicia Alonso fue galardonada con numerosos premios y distinciones, entre ellos, el Premio Nacional de Danza de Cuba, el Premio Benois de la Danse y el título de Prima Ballerina Assoluta, un honor reservado para los bailarines más extraordinarios del mundo. A pesar de haber perdido la visión casi por completo, Alonso continuó siendo una fuerza creativa y directiva en el mundo del ballet hasta sus últimos días.

Su legado trasciende el ámbito de la danza. Alonso es recordada no solo como una de las más grandes bailarinas de todos los tiempos, sino como un símbolo de resiliencia y pasión inquebrantable. Su capacidad para superar las adversidades y elevar el ballet en América Latina la convirtió en un ícono cultural, cuyo impacto sigue siendo palpable en las generaciones actuales de bailarines y artistas.

Alicia Alonso falleció el 17 de octubre de 2019, pero su influencia sigue viva. El Ballet Nacional de Cuba, que continúa siendo un referente internacional, es solo una parte de su legado. Su vida y obra han sido una inspiración para artistas de todas las disciplinas, y su figura permanece como un recordatorio del poder del arte para trascender las barreras físicas y emocionales.

 

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