Julio Cortázar (1914-1984) es una de las figuras más emblemáticas de la literatura argentina y latinoamericana. Su estilo literario, a medio camino entre la poesía y la narrativa, redefinió los límites de la literatura en español. Con obras como *Rayuela*, *Bestiario* y *Final del juego*, Cortázar dejó una marca indeleble en la literatura universal, convirtiéndose en un autor de culto y un referente de la experimentación narrativa.
El estilo literario de Cortázar se caracteriza por su fluidez poética, su capacidad para jugar con la estructura y su exploración de lo fantástico. Cortázar fue un maestro en la combinación de un lenguaje lírico con narrativas que desafiaban las convenciones. Su prosa, a menudo descrita como «poética», está impregnada de una sensibilidad única que convierte lo cotidiano en algo extraordinario y mágico.
En su obra más célebre, *Rayuela* (1963), Cortázar rompió con la linealidad narrativa tradicional al proponer una lectura múltiple y un lector activo. Este «antinovela» no solo permitió que los lectores eligieran su propio camino en la historia, sino que también cuestionó los límites entre el orden y el caos, el azar y la elección. Este enfoque innovador lo consolidó como uno de los pioneros del «boom» latinoamericano.
Julio Cortázar hizo importantes contribuciones en distintos géneros literarios, desde el cuento hasta la novela y el ensayo. Fue un renovador del cuento, un género que consideraba ideal para explorar el misterio y la fantasía. Obras como *Final del juego* (1956) y *Bestiario* (1951) recopilan relatos en los que la realidad se entrecruza con lo inexplicable, donde lo insólito se filtra en la vida diaria de los personajes.
En sus cuentos, Cortázar explora lo que él mismo denominó «lo fantástico», una dimensión que surge cuando lo cotidiano se enfrenta a lo inesperado, lo ilógico o lo inexplicable. Relatos como «Casa tomada», «La noche boca arriba» y «Axolotl» son ejemplos paradigmáticos de esta tensión entre lo real y lo sobrenatural.
Además de su habilidad para subvertir la realidad, Cortázar también destacó como un escritor comprometido con las causas sociales y políticas de su tiempo. Sus ensayos y crónicas, como los reunidos en *La vuelta al día en ochenta mundos* (1967), revelan a un intelectual lúcido y crítico, profundamente involucrado con los procesos históricos y culturales de América Latina.
El legado de Julio Cortázar es inmenso y multifacético. Su influencia atraviesa generaciones y fronteras, dejando una huella profunda en la literatura contemporánea. Su enfoque experimental, su exploración de las posibilidades del lenguaje y su juego constante con la realidad siguen inspirando a escritores de todo el mundo.
Cortázar no solo cambió la forma en que se escribe y se lee literatura, sino que también redefinió la figura del escritor como un ser lúdico, comprometido y en constante búsqueda de nuevas formas de expresión. Sus obras invitan al lector a cuestionarse, a romper con las normas y a adentrarse en un mundo donde lo imposible no solo es posible, sino que es necesario.
En el panorama cultural argentino y latinoamericano, Cortázar es un símbolo de la creatividad y la libertad artística. Su influencia no se limita a la literatura; ha permeado en la música, el cine y las artes visuales, convirtiéndose en un ícono cultural que sigue vigente en la actualidad.